Invencible (Unbroken) 2 (2018)

“Invencible (Unbroken) 2” no es exactamente una secuela en el sentido tradicional del término. Más bien, se presenta como un tratamiento profundo y visceral de las consecuencias psicológicas que acompañaron a Louis Zamperini tras su increíble supervivencia en la Guerra del Pacífico. La película, dirigida con maestría por Oscar Isaac, se aleja por completo del espectacular relato de guerra que vio la luz en 2014, centrándose en el fragilidad de un hombre que, tras vivir la experiencia más extraordinaria imaginable, se enfrenta a un tormento interno aún más devastador. El cambio de enfoque es, en mi opinión, una de las mayores fortalezas de esta producción, ya que nos permite apreciar la complejidad de la condición humana y la dificultad de la recuperación, incluso ante la superación de milagros.

La dirección de Isaac se caracteriza por su economía visual y su profundo respeto por el sujeto. Se evita el melodrama excesivo y la glorificación de la guerra. En su lugar, se opta por una paleta de colores apagados, una fotografía realista que evoca el ambiente de la época y, sobre todo, la atmósfera opresiva del interior de la mente de Zamperini. Las escenas nocturnas son particularmente inquietantes, transmitiendo la desesperación y la incesante persecución de los recuerdos traumáticos. El ritmo es deliberadamente lento y contemplativo, permitiendo al espectador sumergirse en el estado mental del protagonista.

La actuación de Jake Gyllenhaal como Louis Zamperini es, sin duda, el corazón de la película. Gyllenhaal ofrece una interpretación extraordinariamente sutil y honesta, capturando la ira, la amargura y la profunda tristeza que consumen al protagonista. Su mirada, a menudo vacía y perdida, transmite con precisión el tormento interior de Zamperini. Se aleja de cualquier tipo de melodrama performativo, ofreciendo una actuación basada en la autenticidad y la humanidad. El reparto secundario, que incluye a Michelle Williams como Cynthia Applewhite, también ofrece interpretaciones sólidas, aunque su papel se limita a brindar un contrapunto emocional a la lucha interna de Zamperini.

El guion, escrito por Joe Sperber, se apoya en la experiencia real de Zamperini y, a pesar de la licencia artística inherente al proceso cinematográfico, mantiene una fidelidad sorprendente a los hechos. Sin embargo, lo más importante es que el guion no se limita a relatar los eventos, sino que explora las causas y las consecuencias de la enfermedad mental de Zamperini. Se presta especial atención a la dinámica de su matrimonio, a las dificultades que enfrenta para reintegrarse a la sociedad y al impacto de su pasado en su presente. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas difíciles sobre la naturaleza de la memoria, el trauma y la redención. La exploración de la cruzada de Billy Graham, no como un resurgimiento espiritual, sino como un intento (aunque imperfecto) de anclaje y conexión, es particularmente efectiva.

En definitiva, “Invencible (Unbroken) 2” es una película conmovedora, reflexiva y profundamente humana. No es un espectáculo de guerra, sino una meditación sobre el precio del coraje, la fragilidad de la mente y la búsqueda de la paz interior. Es una obra cinematográfica que invita a la reflexión y que, sin duda, dejará una huella duradera en el espectador.

Nota: 8/10