Ira de titanes (2012)

“Ira de titanes” es una película que, en un momento en el que el cine de superhéroes se siente algo cansado, nos recuerda que las leyendas, incluso las más familiares, pueden albergar una profundidad sorprendente. La película, dirigida con una elegancia clásica por Joe Wright (conocido por su sensibilidad visual en “Orgullo y Prejuicio”), no busca la espectacularidad desmedida del género, sino un relato épico, aunque íntimo, que explora las consecuencias de la fe, la traición y el peso del legado. La historia se centra en la vida de Perseo, un hombre que ha intentado escapar de un pasado violento y que, inesperadamente, se ve arrastrado a una nueva batalla por el destino del mundo. El cambio de Worthington, pasando del héroe musculoso a un hombre atormentado y buscando la paz, es uno de los aciertos de la película, aportando una capa de humanidad que es fundamental para conectar con la trama.

La dirección de Wright se distingue por su atención al detalle, utilizando paisajes espectaculares y una paleta de colores que evocan la mitología griega. La película no se limita a la acción y los efectos especiales, sino que se toma su tiempo para construir personajes y explorar sus motivaciones. La relación entre Perseo y Helio, el hijo del protagonista, es el corazón de la película y se maneja con gran sensibilidad, mostrando un vínculo paterno que, en medio del caos, se convierte en la razón para seguir luchando. El actor Toby Kebbell, como Agénor, ofrece un contraste interesante con el protagonista, aportando un sentido de desafío y pragmatismo que complementa la búsqueda de Perseo.

Las actuaciones son, en su mayoría, sobresalientes. Liam Neeson, en el papel de Kronos, el padre de Zeus, aporta una crueldad innegable y un aire de desesperación. Su interpretación no es simplemente malvada, sino que revela la tragedia de un dios que ha perdido su poder y su propósito. Edgar Ramírez, como Ares, el dios de la guerra, ofrece una interpretación más sombría y retorcida, representando la ambición desmedida y la falta de empatía. Rosamund Pike, como Andrómeda, aporta una fuerza silenciosa y una determinación inquebrantable. Sin embargo, debo mencionar que, a pesar de la complejidad de los personajes, algunos diálogos resultan algo torpes y expositivos. La película a veces se muestra demasiado explícita con sus intenciones.

En definitiva, "Ira de titanes" es una película que, aunque no reinventa la rueda del cine de mitología, ofrece una experiencia cinematográfica gratificante. La película no es un espectáculo, sino una reflexión sobre la fragilidad de la esperanza, el ciclo de la venganza y la responsabilidad que conlleva el poder. La banda sonora, compuesta por Dario Marianelli, complementa a la perfección la atmósfera épica y melancólica. Es una película que, aunque quizá no sea la más memorable de los superhéroes, merece la pena ser vista por su calidad cinematográfica y su enfoque en los personajes y sus motivaciones. Es una película que invita a la reflexión, más allá de sus efectos especiales y sus batallas colosales.

Nota: 7/10