Jackass 3D (2010)

‘Jackass 3D’ no es una película para todos los públicos, ni mucho menos un ejemplo de sofisticación cinematográfica. Sin embargo, para el público al que se dirige, específicamente el que busca una descarga de adrenalina pura y una expresión desinhibida de comedia escatológica, se confirma como un fenómeno de taquilla. La película, al igual que sus predecesoras, se basa en la premisa fundamental del formato ‘Jackass’: una serie de situaciones peligrosas y embarazosas provocadas por Johnny Knoxville y sus amigos, grabadas con una cámara de acción y sometidas a un tratamiento 3D que, en principio, debería intensificar la experiencia. Y, a pesar de las críticas iniciales, la película lo consigue, aunque con ciertas limitaciones.

La dirección de Jeff Tremaine, director de las entregas anteriores, mantiene un ritmo frenético y constante. Evita caer en la repetición, aunque la sensación de “ya lo he visto antes” se filtra en algunos momentos. Se centra en la ejecución de las bromas, dándole importancia a la fotografía 3D y al montaje, creando un caos visual que es, en su mayoría, efectivo. La dirección es pragmática, priorizando el impacto visual sobre la narrativa; el objetivo es provocar risas y, a veces, un leve escalofrío, y en ese sentido, lo logra con éxito. Sin embargo, la falta de estructura narrativa clara puede resultar frustrante para aquellos que buscan algo más allá de la pura comedia absurda.

Las actuaciones, como cabría esperar, no se centran en la interpretación tradicional. Johnny Knoxville lidera el grupo, como siempre, entregando un protagonismo natural y un comportamiento que equilibra la audacia con una cierta vulnerabilidad. Los demás miembros del elenco –Ryan Dunn, Steve-O, Bam Margera, Ian Nelson, Preston Gilmore y Ehren McGhehey– añaden variedad al grupo, ofreciendo momentos memorables, aunque su contribución a la trama es mínima. Las actuaciones, en esencia, se reducen a la expresión física y la reacción ante las situaciones extremas, lo cual es la base del formato.

El guion, o la falta de él, es una de las mayores debilidades de la película. Se trata de una colección de sketches, de bromas, de desafíos. No hay una historia que se desarrolle, ni un conflicto que se resuelva. El "argumento" es la propia idea de superar límites, de desafiar al público y de llevar las ocurrencias al extremo. La película se basa en la premisa de que lo más divertido es lo más inesperado y lo más peligroso, y por lo tanto, no necesita una trama compleja. No obstante, esta ausencia de narrativa puede dejar a los espectadores sintiéndose un poco vacíos, como si estuvieran presenciando una serie de momentos aleatorios, aunque provocadores.

A pesar de sus defectos, ‘Jackass 3D’ ofrece momentos genuinamente divertidos y, en ocasiones, sorprendentes. La calidad del 3D es notablemente buena, especialmente en las escenas más dinámicas. Es una película que se disfruta mejor en la oscuridad de un cine, rodeado de otros espectadores que comparten la misma actitud irreverente y un sentido del humor poco convencional. Es una película que sabe lo que hace y, aunque no sea arte, cumple su función: provocar risas y divertir al público.

Nota: 6/10