Jackie (2016)

“Jackie” es una película que, en lugar de intentar reconstruir el fatídico día de Dallas en sus detalles explosivos, se sumerge en el remolino de la devastación emocional que siguió al asesinato de John F. Kennedy. La película, dirigida por Noah Baumbach, no se centra en el evento en sí, sino en las 24 horas que siguen, en la lucha de Jacqueline Kennedy por mantener la compostura y la dignidad ante un mundo en shock. Es, en esencia, un retrato íntimo y brutalmente honesto del duelo, un análisis psicológico de una mujer en crisis, y una ventana a un momento histórico contado desde una perspectiva profundamente personal.

Natalie Portman ofrece una actuación que, en mi opinión, redefine lo que es posible en el cine. Más allá de la estética impecable, de los peinados meticulosamente recreados y de los vestuarios que la transportan a la época, Portman logra transmitir con una increíble sutileza la tortura silenciosa que experimenta Jackie. No hay dramas exagerados ni expresiones histriónicas. Su actuación se basa en el lenguaje corporal, en la mirada perdida, en las pequeñas microgestiones que revelan su angustia interna. Se la ve fragmentada, desconectada, luchando por controlar el caos que la rodea, y es precisamente esa vulnerabilidad la que la convierte en un personaje tan conmovedor. El director Baumbach, conocido por su enfoque en personajes complejos y a menudo conflictivos, aquí demuestra una maestría excepcional para capturar la esencia de un alma herida.

El guion, coescrito por Baumbach y Heath Ledger (en su debut como guionista), es una pieza maestra de la economía narrativa. Evita los clichés del melodrama y se concentra en los momentos de interacción entre Jackie y su círculo íntimo: Pete Wolff (Edward Norton), el abogado y consejero de la familia, y su hijo, John F. Kennedy Jr. (Griffin Dunne). Estas escenas, cargadas de tensión y dolor, ofrecen un panorama convincente de la respuesta de la familia a la tragedia y de las decisiones que deben tomar. No se explica el porqué del asesinato, ni se recrean las teorías conspirativas; el foco está en las consecuencias inmediatas para Jackie y cómo lidia con ellas. La película se aferra a lo concreto, a las conversaciones, a las decisiones vitales que deben tomar en ese instante crucial.

Sin embargo, “Jackie” no está exenta de críticas. Algunos podrían argumentar que la falta de un contexto histórico más amplio diluye el impacto del evento. La película, al centrarse exclusivamente en la experiencia personal de Jackie, puede parecer algo fría o distante para aquellos que buscan una recreación más completa de los acontecimientos. No obstante, este enfoque selectivo permite un análisis más profundo y, quizás, más significativo de la figura de Jackie. La película se convierte en un testimonio del poder del dolor y de la resiliencia del espíritu humano, incluso ante la pérdida más devastadora.

Nota: 8/10