Jakob's Wife (2021)

“Jakob’s Wife” no es una película para irse a ver cuando se tiene prisa o se busca una distracción ligera. Es una experiencia cinematográfica densa, perturbadora y profundamente inquietante que se aferra a tu mente mucho después de que los créditos finales han corrido. La película, dirigida por Joseph Farel, es un descenso gradual a la locura, un estudio psicológico de la disfunción marital y un ejercicio de atmósfera que, en definitiva, funciona a la perfección.

La premisa, aparentemente sencilla – una mujer, Anne, que se siente atrapada en una vida monótona y aburrida –, se transforma rápidamente en algo mucho más complejo y oscuro. La dirección de Farel es magistral en su uso del espacio y de la luz. La fotografía, en gran parte realizada con luz natural y con un uso minimalista de la iluminación artificial, contribuye a crear una sensación constante de tensión y claustrofobia. No hay excesos visuales, la película se basa en la sutileza y en lo que no se muestra, dejando que la imaginación del espectador complete los espacios en blanco, y esa es, quizás, su mayor fortaleza. El uso del sonido también es impecable; el silencio se convierte en un personaje más, una herramienta para aumentar la anticipación y el suspenso.

La actuación de Kelly Reilly como Anne es, sencillamente, reveladora. Reilly ha tenido una carrera repleta de papeles memorables, pero aquí ofrece una interpretación que es visceral y profundamente conmovedora. Ella no solo transmite la frustración y el resentimiento de Anne, sino que también captura la lenta y gradual erosión de su cordura. Es un retrato de una mujer al borde del abismo, y Reilly lo hace con una intensidad que es electrizante. El resto del elenco secundario, aunque con roles más limitados, también contribuye a la atmósfera opresiva de la película.

El guion, adaptado de un cuento de Hermann Löns, es lo que realmente eleva a “Jakob’s Wife” a un nivel superior. La historia no se basa en sustos fáciles o en jumpscares. En cambio, se centra en la construcción gradual de la paranoia, la desconfianza y la manipulación. La narrativa es deliberadamente lenta y fragmentada, como si la propia mente de Anne estuviera desmoronándose. Se juega con la ambigüedad, dejando al espectador constantemente cuestionando lo que es real y lo que es producto de la imaginación. La película nunca explica por qué Anne se ve envuelta en este ciclo de violencia, lo que le otorga una cualidad sobrenatural y contribuye a su aura de inquietud. Es importante señalar que el relato original de Löns es más macabro que la película, pero Farel logra mantener el espíritu de la historia original al tiempo que la dota de una sensibilidad más humana, permitiendo que el espectador se conecte con el personaje de Anne.

En resumen, "Jakob’s Wife" es una película desafiante, perturbadora y profundamente memorable. No es para todos los gustos, pero para aquellos que estén dispuestos a sumergirse en su atmósfera opresiva, ofrece una experiencia cinematográfica única e inolvidable. Es una película que te quedará en la mente mucho después de que la hayas visto.

Nota:** 8.5/10