Jane por Charlotte (2022)

“Jane por Charlotte” no es una película que te consuele o te ofrezca respuestas fáciles. Es, en cambio, un retrato íntimo, a veces incómodo y profundamente resonante, de la relación entre dos mujeres: Jane Birkin, una icono francés, y su hija Charlotte Gainsbourg. Charlie Kaufman, el guionista, se ha atrevido a explorar la dinámica maternofilial con una honestidad brutal y una sensibilidad exquisita, evitando caer en la sentimentalidad fácil y optando por la observación directa, casi documental, de la evolución de esa conexión.

La película se centra en la decisión de Charlotte de filmar a su madre durante un período de tiempo limitado. No es una investigación periodística, ni un intento de reescribir la historia familiar, sino más bien una exploración de la intimidad, de los secretos no dichos y de las complejidades de la relación madre-hija. Kaufman, a través de la lente de la cámara de Charlotte, desmantela la idealización romántica que a menudo rodea a las figuras familiares. Vemos a Jane Birkin no como la figura icónica, sino como una mujer imperfecta, con sus propias dudas, miedos y deseos. Y Charlotte, a su vez, se revela como una observadora aguda y con una capacidad asombrosa para percibir las microexpresiones y los silencios que configuran la vida de su madre.

La dirección de Olivier Assayas es magistral en su austeridad. Evita el melodrama y se centra en el ritmo pausado y en la atmósfera contemplativa. El uso de la cámara es deliberado y constante, creando una sensación de inmersión en la vida cotidiana de las dos protagonistas. La película no busca grandes momentos dramáticos, sino que se beneficia de los pequeños detalles, de las conversaciones aparentemente triviales, que revelan las capas más profundas de la relación. La fotografía es minimalista, utilizando la luz natural para crear un ambiente crudo y realista. Es una película que requiere paciencia y atención, pero la recompensa es una experiencia cinematográfica verdaderamente enriquecedora.

Las actuaciones son excepcionales. Jane Birkin, en su última aparición en la gran pantalla, ofrece una interpretación conmovedora y llena de matices. Transmite una vulnerabilidad y una fragilidad que contrastan con su imagen pública. Charlotte Gainsbourg, por su parte, es simplemente fenomenal. Su mirada, su lenguaje corporal, transmiten una mezcla de curiosidad, amor, y quizás también cierta frustración por no poder conectar completamente con su madre. Hay una sutil tristeza subyacente en su actuación, que refleja la complejidad de la relación explorada en la película.

“Jane por Charlotte” es una película desafiante pero gratificante. No busca ofrecer respuestas fáciles, sino más bien invitar a la reflexión sobre la naturaleza de la familia, la memoria y el poder de la observación. Es una película que permanecerá contigo mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar, recordándote la belleza y la fragilidad de las conexiones humanas.

Nota: 8.5/10