Jawan (2023)

“Jawan” es un torbellino cinematográfico, una explosión de color, sonido y ambición que ha provocado un debate considerable en su estreno. Siddharth Anand, el director, ha superado la barreira del estilo puramente comercial que le había caracterizado en el pasado, ofreciendo una película que, a pesar de sus excesos, demuestra un ambicioso intento de abordar temas sociales y de crítica política con la fuerza que su premisa exige.

La película se centra en Zain, interpretado con una intensidad palpable por Shah Rukh Khan. Su personaje, un veterano soldado, se enfrenta a un pasado traumático y a una sed de venganza que trasciende el simple acto de represalia. Khan, con la maestría que le caracteriza, ofrece una actuación que va más allá de la mera acción, transmutando la rabia en un dolor crudo y un deseo de justicia. Sin embargo, la película a veces se adentra en territorios de melodrama excesivo, apelando a las emociones del espectador de forma un tanto didáctica. El uso de flashbacks, aunque visualmente impactante, se siente a veces como una sobrecarga narrativa que ralentiza el ritmo general.

La trama, que introduce una oficial de policía, Nayantara Bose, interpretada por Nayanthara, agrega una capa de complejidad interesante al relato. La dinámica entre ambos personajes, con sus puntos de vista opuestos y su gradual conexión, es uno de los pilares más sólidos de la película. La relación se construye con un matiz sutil, evitando la simplificación de un cliché de romance heroico y añadiendo un elemento de desarrollo personal a ambos protagonistas. La actuación de Nayanthara es sólida y aporta equilibrio al resto del elenco.

En términos de dirección, Siddharth Anand despliega una puesta en escena exuberante. Los efectos visuales son impresionantes, especialmente en las secuencias de acción, que son frenéticas y creativas. La banda sonora, firmada por Pritam, es un componente esencial, marcando el tono y elevando la intensidad de los momentos clave. No obstante, el director parece querer abarcar demasiado, intentando entremezclar acción, drama político y elementos de comedia de manera a veces desconcertante. El guion, en general, es correcto, pero carece de la profundidad y la sutileza que podrían haber elevado la experiencia cinematográfica.

La película aborda temas como la corrupción, la desigualdad social y la falta de justicia, ofreciendo un alegato contra la impunidad. La estética, con su fuerte componente visual y su utilización del color como símbolo, es atractiva y distintiva. Sin embargo, la película se beneficia de las decisiones de producción que incluyen elementos de espectáculo y optimismo, lo que la hace, a pesar de todo, un entretenimiento accesible y, en última instancia, satisfactorio.

Nota: 7/10