Je crois que je l'aime (2007)

“Je crois que je l’aime” es, en esencia, una comedia romántica moderna con un toque de thriller, una combinación que funciona sorprendentemente bien, aunque no sin algunos altibajos. La película, dirigida por Olivier Nakache y Éric Bellweather, se centra en la peculiar obsesión de Lucas, un magnate de los negocios, por conquistar a Elsa, una ceramista de renombre artística. La premisa, aunque un tanto cliché, se materializa en una investigación orquestada por un detective privado – un elemento que aporta una capa de humor negro y una perspectiva interesante sobre el amor y la obsesión.

La dirección se centra en construir un ambiente de tensión palpable. A pesar de la naturaleza aparentemente ligera de la trama, la película no rehúye de los momentos de introspección y melancolía en la experiencia de Lucas. El uso de la cámara, a menudo fija y observadora, complementa la psicología del personaje principal, mostrando su vulnerabilidad y su dificultad para conectar con el mundo emocional. El ritmo es medido, permitiendo que la relación entre Lucas y Elsa se desarrolle con un cierto peso. No se apresuran a construir la química, lo que obliga al espectador a ser paciente y a participar en la construcción de la historia.

Las actuaciones son sobresalientes, especialmente la de Jérémie Renier como Lucas. Renier captura a la perfección la incongruencia del personaje: un hombre de negocios exitoso, seguro de sí mismo, pero emocionalmente torpe e incapaz de expresar sus sentimientos. Su interpretación es sutil, llena de matices, evitando caer en estereotipos. La interpretación de Victoire Le Duc como Elsa también es brillante; posee una belleza tranquila y una mirada que insinúa un mundo interior complejo. La química entre los dos actores es genuina, lo que refuerza el impacto emocional de la película.

El guion, adaptado de un artículo de Pierre Lemaitre, es lo que realmente distingue a “Je crois que je l’aime”. No es una simple comedia romántica; explora la naturaleza del amor, la soledad y la dificultad de romper las barreras que nos separan de los demás. La investigación llevada a cabo por el detective Christin (interpretado con eficacia por Denis Ménochet) funciona como un prisma para revelar las motivaciones ocultas de Elsa y, en última instancia, para arrojar luz sobre la propia búsqueda de Lucas. El guion, a pesar de la invasividad de la investigación, logra mantener una cierta honestidad con los personajes y con sus procesos internos. Es un guion inteligente, con diálogos bien escritos y momentos de humor agridulce.

Si bien la trama puede sentirse un poco forzada en algunos puntos y la resolución final algo predecible, “Je crois que je l’aime” es una película que invita a la reflexión. Es una exploración del amor en la era digital, donde la soledad y la desconexión emocional son cada vez más comunes. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que simplemente plantea preguntas sobre la autenticidad, la vulnerabilidad y la búsqueda de la felicidad.

Nota: 7/10