Jeepers Creepers: El renacer (2022)

“Jeepers Creepers: El renacer” no es solo una secuela, sino un intento ambicioso de revitalizar una franquicia que, para muchos, se había ahogado en su propio terror exagerado. La película, dirigida nuevamente por el dúo Brandon Cronenberg y Barbra Schlocker, se aleja de la simple repetición de sustos baratos y se adentra en una exploración más psicológica del miedo y la obsesión. El resultado es una película perturbadora, aunque imperfecta, que plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza del trauma y la vulnerabilidad humana.

La historia, centrada en Laine (Dania Ramírez), una joven artista que huye de su pasado, se desarrolla con un ritmo pausado y claustrofóbico. La película se beneficia enormemente de su ambientación en un paisaje rural y desolador de Virginia Occidental, donde la sensación de aislamiento y amenaza constante es palpable. Los exteriores son impresionantes, pero es el interior de la casa del Dr. Brogan (Mark Patton), el excéntrico y anciano investigador del Creeper, donde la película realmente cobra vida. Cronenberg y Schlocker utilizan la iluminación, la puesta en escena y el sonido para crear una atmósfera opresiva y perturbadora, que logra mantener al espectador en un estado de inquietud constante.

La actuación de Dania Ramírez como Laine es sólida y convincente. Logra transmitir la fragilidad emocional y la creciente paranoia de su personaje, y su interpretación aporta una capa de humanidad a la narrativa. Sin embargo, la película a veces se deja llevar por la sobreexposición, mostrando demasiado de las premoniciones de Laine, lo que diluye su impacto. Mark Patton, que regresa como el Dr. Brogan, ofrece un rendimiento memorable, pero su personaje, aunque esencial para la trama, a veces se siente unidimensional. La película, en general, podría haber sacado más provecho de explorar las motivaciones del Dr. Brogan y su relación con el Creeper.

El guion, a pesar de sus momentos brillantes, sufre de contradicciones y algunas soluciones argumentales un tanto forzadas. La lógica detrás de las acciones de los personajes a veces no es clara, y ciertos elementos del mito del Creeper se presentan de una manera inconsistente. Sin embargo, la película es inteligente en su enfoque, ya que se centra en el miedo a lo desconocido y la sensación de que algo está fuera de control, más que en el espectáculo de los sustos. El diseño del Creeper sigue siendo un éxito visual, con una apariencia que evoca tanto el horror clásico como lo grotesco, generando imágenes impactantes que se quedan grabadas en la mente del espectador. La película explora con coraje la idea de que el verdadero horror reside en la mente y en la capacidad de proyectar nuestros propios miedos en la oscuridad.

En definitiva, “Jeepers Creepers: El renacer” no es una obra maestra, pero sí una secuela que se atreve a alejarse de la fórmula preestablecida y a explorar temas más complejos y perturbadores. Es una película que, a pesar de sus fallos, merece la pena ver a los fans del género y a aquellos que buscan un terror psicológico que los haga pensar.

Nota: 6.5/10