Jinetes de la justicia (2020)

“Jinetes de la Justicia” (Justice League: The Snyder Cut) es un ejercicio de ambición cinematográfica que, pese a sus innegables problemas técnicos y de ritmo, ofrece una experiencia de superhéroes que se siente mucho más completa y, crucialmente, más humana que sus versiones anteriores. Christopher Nolan, director ejecutivo de esta versión extendida, ha logrado, con el apoyo de los efectos especiales y la colaboración de todo el equipo, rescatar la visión original de Zack Snyder, una visión que, para muchos, siempre fue la más prometedora dentro del universo de DC.

La película se centra en el trauma que consume a Marcus, un ex-militar cuya vida se ve trastornada por la repentina muerte de su esposa y el posterior descubrimiento de una conspiración que involucra a criminales con poder sobrehumano. La dirección de Nolan es notable, especialmente en las escenas de acción. Estos momentos no se reducen a secuencias espectaculares desprovistas de sentido; se construyen con una meticulosidad sorprendente, utilizando el movimiento, la iluminación y el sonido para transmitir la desesperación y la lucha de los héroes. La película se beneficia de una duración considerable, lo que permite profundizar en las relaciones entre los personajes y desarrollar sus motivaciones. Sin embargo, este tiempo adicional a veces se siente como un alargamiento innecesario, donde algunas secuencias podrían haberse acortado sin perder intensidad.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Ben Affleck, como Batman, aporta una profundidad emocional a su personaje, mostrándonos un hombre atormentado por la pérdida y sumido en la duda. Gal Gadot como Wonder Woman es, como siempre, imponente y carismática, pero aquí su personaje explora un territorio más complejo, enfrentándose a dilemas morales que la hacen más vulnerable y relatable. El resto del reparto, incluyendo Ray Fisher como Cyborg y J.K. Simmons como Lex Luthor, ofrecen interpretaciones convincentes, aunque Simmons, a pesar de su papel importante, no logra alcanzar el nivel de impacto que se le esperaba. La dinámica entre los personajes es un punto fuerte, especialmente la relación entre Marcus y su hija, Mathilde, que sirve como el corazón emocional de la película.

El guion, sin embargo, es donde la película tiene sus mayores fallos. Aunque la narrativa central es sólida, la historia a veces se siente un poco dispersa, con demasiados elementos introducidos y poco tiempo para desarrollarlos. La trama conspirativa, aunque interesante, se complica innecesariamente y, en ocasiones, pierde su camino. La resolución, aunque satisfactoria, no alcanza la grandilocuencia que se podría haber esperado considerando la escala del proyecto. La película se beneficia del retorno a un tono más oscuro y sombrío, algo que se había perdido en las versiones anteriores, pero a veces este enfoque se vuelve excesivo.

A pesar de sus defectos, "Jinetes de la Justicia" es una película que merece ser vista por los fans de los superhéroes. Representa una reivindicación de una visión que, durante mucho tiempo, fue relegada a un segundo plano. Es un esfuerzo ambicioso que, a pesar de sus imperfecciones, logra transmitir el espíritu de esperanza y justicia que definen el género.

Nota: 7/10