Jo, ¡qué noche! (1985)

(EN) · Comedia, Suspense, Drama · 1h 37m

¿Cuál es la peor noche que has tenido...?

Póster de Jo, ¡qué noche!
Media
7.5 /10

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Sinopsis

Al finalizar su jornada laboral, un solitario empleado de una compañía de informática (Griffin Dunne) se ve envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los peores barrios de Nueva York. Allí, vivirá una interminable y alocada noche...

Ficha de la película

Título original

Jo, ¡qué noche!


Estreno



Idioma original

EN



Guionista

Griffin Dunne, Robert F. Colesberry, Amy Robinson


Reparto principal de Jo, ¡qué noche!

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Jo, ¡qué noche!.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Jo, ¡qué noche!

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Jo, ¡qué noche!. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Sofía Torres
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“Jo, ¡qué noche!” (1999) es una película que, a primera vista, podría parecer un experimento en la improvisación, un ejercicio de locura urbana. Y en cierto modo, lo es, aunque la dirección de Alan Bernstein va mucho más allá de la simple anarquía visual. La película, con su atmósfera visceral y su protagonista interpretado con una vulnerabilidad palpable por Griffin Dunne, se ha perdido en la memoria colectiva, a pesar de su singularidad y la maestría con la que Bernstein orquesta el caos. La historia, centrada en un empleado de TI llamado Griffin que, tras un día particularmente agotador, se encuentra perdido en los bajos fondos de Nueva York, se convierte en una exploración de la soledad, la alienación y la búsqueda desesperada de conexión.

Bernstein no intenta justificar el viaje de Griffin; simplemente lo presenta como un flujo de conciencia, una sucesión de encuentros fortuitos y conversaciones desconcertantes. Esta decisión, que podría haber resultado caótica y desorientadora, se mantiene cohesionada gracias a su dirección precisa. La cámara, a menudo en primer plano, nos empuja a experimentar el mundo a través de los ojos de Griffin, transmitiendo una sensación de aislamiento y desesperación. Los planos cortos, alternando entre situaciones grotescas y momentos de un extraño humor negro, crean un efecto de claustrofobia visual que refleja la confusión y la incomprensión del protagonista. La película no busca soluciones ni finales felices; su valor reside en la experiencia de la inmersión en la miseria y la marginalidad.

Griffin Dunne ofrece una actuación excepcionalmente sutil. Evita la teatralidad y se sumerge por completo en el papel de un hombre desorientado y asustado. Sus expresiones faciales, su lenguaje corporal y su tono de voz revelan un profundo sentimiento de soledad y desesperación. No se trata de un héroe valiente, sino de un individuo común, un tipo normal, arrastrado a una pesadilla que no comprende. El resto del reparto, compuesto por actores poco conocidos pero con actuaciones memorables, contribuyen a la autenticidad del ambiente. Personajes como la señora Murphy, una anciana que cuenta historias de terror, o el inquietante vendedor de sombreros, se integran perfectamente en el mundo surrealista de la película.

El guion, coescrito por Bernstein y Robert DiWahns, es un diálogo constante, a menudo absurdo, que refleja el estado mental de Griffin. Las conversaciones carecen de un propósito claro, pero son increíblemente reveladoras sobre la naturaleza humana, la desconfianza, el miedo y la búsqueda de significado en un mundo caótico. La película explora temas como la alienación, la falta de comunicación y la dificultad de establecer relaciones auténticas en una sociedad cada vez más desconectada. Aunque el ritmo puede ser pausado y la trama convencional se abandona, la película consigue generar una tensión subyacente, un sentido de que algo terrible puede ocurrir en cualquier momento. La ambigüedad del final, lejos de ser un defecto, es lo que hace de “Jo, ¡qué noche!” una experiencia cinematográfica verdaderamente memorable. No es una película fácil de digerir, pero ofrece una profunda reflexión sobre la condición humana.

Nota: 7/10

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