Joe Bell (2020)

“Joe Bell” es un drama profundamente conmovedor que te atrapa desde sus primeras escenas y te obliga a confrontar temas incómodos con una honestidad brutal. La película, dirigida por Trey Edward Schecet, no es un espectáculo de acción o un discurso político simplista; es, en esencia, una historia familiar con una urgencia casi desesperada. Nos presenta a Lee Chandler, interpretado magistralmente por Mark Wahlberg, un hombre aparentemente ordinario, un trabajador de una planta de motores, que se ve sacudido hasta sus cimientos cuando su hijo, Lucas, es brutalmente asesinado tras ser víctima de una broma que termina en tragedia. El ataque, motivado por la homofobia, no solo destruye a la familia, sino que desencadena una decisión inquebrantable en Lee: recorrer el país en solitario, siguiendo los pasos de los agresores y enfrentándolos a cada uno de ellos, en un viaje que lo transforma de padre devastado a una figura imponente y retorcida de justicia.

Wahlberg ofrece una actuación excepcional, mostrando un abanico de emociones que va desde la vulnerabilidad extrema hasta una ferocidad contenida que es a la vez perturbadora y admirable. Su Lee Chandler es un hombre roto, pero no ciego. No busca venganza en el sentido tradicional, sino una forma de comprender, de confrontar el daño que se ha causado y de, quizás, encontrar un propósito en medio del dolor. La dirección de Schecet es precisa y respetuosa, permitiendo que el personaje de Lee respire, que cometa errores y que evolucione de manera creíble. La película se centra en el viaje de Lee, en sus interacciones con las personas que él encuentra por el camino: un granjero con un pasado oscuro, un adolescente que intenta comprender su propia identidad, una pareja de jóvenes que hacen honor a su nombre, y un pastor que ofrece una guía espiritual. Cada encuentro es un microcosmos de las complejidades de la sociedad estadounidense, de sus prejuicios y de la necesidad de empatía.

El guion, adaptado de un artículo de investigación de Mike Luckinpad, es brillante en su sencillez. Evita la hipérbole y se centra en los detalles de la vida cotidiana, permitiendo que la tragedia del asesinato de Lucas se sienta aún más real y palpable. La película no se basa en explicaciones complejas o en dramas exagerados; en cambio, se vale de la sutileza y del diálogo honesto para explorar la moralidad, la responsabilidad y la importancia de la compasión. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa perfectamente el tono melancólico y reflexivo de la película. El ritmo es pausado, permitiendo que las emociones se desarrollen gradualmente, y las escenas de acción, aunque escasas, son intensas y visualmente impactantes. La película, sin embargo, no es perfecta. En ocasiones, la linealidad del viaje de Lee puede sentirse un poco rígida, y la resolución final, aunque conmovedora, podría haber sido más elaborada. Aun así, "Joe Bell" es una obra cinematográfica importante, una película que nos invita a confrontar nuestros propios prejuicios y a cuestionar la forma en que tratamos a los demás.

Nota: 7.5/10