Josie y las melódicas (2001)

“Josie y las melódicas” no es simplemente otra película sobre chicas rockeras; es un reflejo agridulce y, a veces, incómodo sobre la industria musical, la fama irreal y la pérdida de la autenticidad. La película de Jerry degliomini logra, con un mimo admirable, plasmar la disonancia entre la promesa de la independencia y el éxito y la cruel realidad del control corporativo. La historia de Josie y sus amigas – Melody y Val – es inicialmente atractiva, una fábula contemporánea sobre el sueño americano de la música, pero pronto se transforma en una denuncia sutil pero contundente de las dinámicas de poder en el mundo del entretenimiento.

La dirección de Jerry degliomini es precisa y elegante. Evita caer en clichés visuales excesivos, optando por un estilo fotográfico que recuerda a las películas de los 70, tanto en estética como en la forma en que se narra la historia. La banda sonora, obviamente, juega un papel fundamental y se integra de forma orgánica en la trama. La música, creada específicamente para la película, no es solo un mero acompañamiento; es un personaje en sí mismo, que transmite las emociones y la energía de las chicas. La película se beneficia enormemente de su sonido distintivo y vibrante, que realmente captura la esencia del rock crujiente y el espíritu rebelde del grupo.

Las actuaciones son excepcionales. Josie Estrella, interpretada por Beanie Feldstein, es un personaje complejo y contradictorio, una chica con un corazón noble pero propensa a la ingenuidad y al deseo de complacer. Feldstein ofrece una interpretación honesta y vulnerable, que permite al espectador conectar con las luchas internas de Josie. Las secundarias, incluyendo la propia Maggie Greenfield como la matriarca del grupo, aportan una profundidad emocional y un realismo crucial a la narrativa. El contraste entre las esperanzas inocentes de las chicas y la amargura de las figuras que las manipulan crea un tensión constante y un peso emocional considerable.

El guion es, sin duda, el punto más fuerte de la película. No se basa en exageraciones ni en simplificaciones fáciles. Explora temas como la presión social, la manipulación mediática, la importancia de la identidad y la dificultad de mantener la integridad personal frente a la fama. La película evita sermonear al espectador, presentando las situaciones de forma natural y permitiendo que la audiencia forme sus propias conclusiones. Se atreve a cuestionar el precio del éxito y a mostrar las consecuencias de ceder ante las expectativas ajenas. La secuencia final, particularmente, es devastadora en su honestidad y su crítica a la industria.

Si bien la película tiene un ritmo un poco lento en algunas partes y podría haber explorado algunos personajes secundarios con mayor profundidad, “Josie y las melódicas” es una joya cinematográfica que invita a la reflexión. Es una película con un mensaje importante y una estética evocadora que permanecerá en la mente del espectador mucho después de que termine los créditos.

Nota: 8/10