“Ju ji shou (Sharpshooter)” no es, en esencia, una película de guerra grandilocuente. En lugar de presentar una epopeya bélica llena de explosiones y batallas a gran escala, el director Li Chen se adentra en el lado más humano y visceral de la Guerra de Corea a través de la historia de Zhang Dagong, un joven francotirador chino. La película, en su mayoría silenciosa y contemplativa, se centra en la solitaria existencia de Zhang Dagong en el frente, un individuo consumido por la rutina de la supervivencia y la implacable necesidad de alcanzar sus objetivos. Esta elección narrativa, aunque arriesgada, resulta profundamente efectiva y proporciona una perspectiva inusual sobre un conflicto global.
La dirección de Li Chen destaca por su habilidad para transmitir la atmósfera opresiva y el aislamiento de la guerra. La fotografía, en su mayoría en blanco y negro, es magistral, capturando con precisión la crudeza del paisaje coreano y la inmensidad de la desolación. No hay concesiones a la espectacularidad visual; en cambio, la cámara se mantiene a menudo distante, observando a Zhang Dagong en su elemento: un joven, atormentado y concentrado, que lucha por mantener la calma en medio del caos. La banda sonora, sutil y minimalista, complementa a la perfección la imagen, acentuando la sensación de soledad y la tensión subyacente.
La actuación de Zhao Yun, como Zhang Dagong, es el corazón palpitante de la película. Yun no se limita a imitar el rostro de un guerrero despiadado; en lugar de eso, logra transmitir una profunda vulnerabilidad y una quietud interna que resulta conmovedora. Su mirada, a menudo vacía pero a veces revelando un atisbo de desesperación, habla por sí sola. El resto del reparto ofrece interpretaciones sólidas, aunque su papel es, en su mayoría, secundario. Sin embargo, la fuerza del personaje de Zhang Dagong y la capacidad de Zhao Yun para comunicar su lucha interior son suficientes para mantener el interés del espectador incluso cuando la trama se vuelve relativamente estática.
El guion, escrito por Chen Yihong, es notablemente austero. Evita clichés bélicos y se enfoca en el proceso mental de Zhang Dagong, su entrenamiento, sus momentos de duda y su determinación inquebrantable. No hay justificaciones morales para la violencia; la guerra se presenta simplemente como una realidad brutal y despiadada. La película también explora, aunque de forma sutil, el impacto de la guerra en la familia de Zhang Dagong, un tema que, a menudo, se pasa por alto en las representaciones bélicas. Este enfoque centrado en el individuo permite una reflexión más profunda sobre los costos humanos de la guerra, más allá del despliegue de poderío militar. La película no busca glorificar el acto de matar, sino mostrar las terribles consecuencias de una situación extrema.
En definitiva, “Ju ji shou (Sharpshooter)” es una película impactante y memorable que ofrece una perspectiva refrescante y potente sobre la Guerra de Corea. Es un estudio psicológico del combate, una meditación sobre la guerra y el sacrificio, y una prueba del talento de Zhao Yun.
Nota: 8/10