“Juego de Ladrones 2: Pantera” no es, precisamente, una obra maestra del cine de acción, pero sí una secuela que, en definitiva, cumple con las expectativas razonables de aquellos que disfrutaron del original. La película se beneficia, afortunadamente, de la sólida base que estableció el primer filme, y aunque no supera su predecesor en términos de originalidad, ofrece un espectáculo visualmente estimulante y un ritmo, por momentos, vertiginoso que mantiene al espectador enganchado. La dirección de F. Javier Gutiérrez es competente, sabiendo equilibrar las escenas de acción con momentos de intriga y, aunque carente de una gran audacia, se centra en la construcción de la tensión a lo largo de la trama.
La película se beneficia de un reparto de altos vuelos, con un Mark Wahlberg particularmente convincente como Big Nick, un ladrón de la vieja escuela que, a pesar de su pasado turbio, lucha por mantener su integridad y proteger a su hijo. El actor interpreta con una mezcla perfecta de carisma, vulnerabilidad y frialdad, dotando al personaje de una profundidad que va más allá de las estereotipadas características del personaje de un ladrón. Rebecca Ferguson aporta una presencia imponente como la misteriosa y enigmática Seraphina, una figura clave en el entramado de la trama y cuya motivación, al principio, resulta bastante opaca. Sin embargo, a medida que avanza la película, la ambigüedad de su personaje se transforma en un elemento intrigante y sorprendente. La química entre Wahlberg y Ferguson es palpable, generando un interesante dinámico que impulsa la narrativa.
En cuanto al guion, la película se centra principalmente en la ejecución del atraco y en el desarrollo de las relaciones entre los personajes. La trama, aunque predecible en algunos momentos, mantiene un buen nivel de complejidad, con giros inesperados y una red de conspiraciones que se revelan gradualmente. La película se toma su tiempo para construir el ambiente de Europa, mostrando ciudades emblemáticas como París y Estambul de una manera visualmente atractiva, aunque con un tratamiento que podría haber sido más sutil. El ritmo, como mencioné anteriormente, es un punto fuerte, pero también podría haber beneficiado de una mayor exploración de los personajes secundarios y de sus motivaciones, llevando así la historia a una profundidad mayor. La utilización de la música, en especial en las escenas de acción, es efectiva y contribuye a la atmósfera de suspense.
Sin embargo, debo reconocer que la película cae en algunos clichés del género y que, en ciertos momentos, la trama se vuelve un tanto inverosímil. Algunas de las escenas de acción, si bien bien coreografiadas, carecen de originalidad y son similares a otras películas del género. A pesar de estas fallas, “Juego de Ladrones 2: Pantera” es una secuela entretenida y visualmente atractiva que, en definitiva, cumple su cometido de ofrecer un espectáculo de acción y suspense para el público que busca una buena película de atracos.
Nota: 7/10