“Juego de ladrones: El atraco perfecto” no es una película que redefine el género del thriller de atracos. Sin embargo, logra construir una experiencia cinematográfica entretenida y tensa, ofreciendo un espectáculo visualmente atractivo y una sensación palpable de urgencia. La película se centra en un plan ambicioso: robar los 120 millones de dólares diarios que la Reserva Federal de Los Ángeles retira de circulación, una tarea que desafía tanto a la banda de ladrones liderada por el carismático y determinado ‘El gran Nick’ (Gerard Butler) como a la implacable brigada del Sheriff, comandada por el veterano y despiadado ‘El Sheriff’ (Billy Burke).
La dirección de Fede Álvarez es competente y se centra en crear una atmósfera claustrofóbica y de constante peligro. La película aprovecha al máximo la escala de la misión, intercalando planos grandiosos que muestran el complejo entorno de la Reserva Federal con momentos íntimos y tensos en las preparaciones del atraco. Álvarez consigue mantener al espectador al borde del asiento, especialmente durante las fases de planificación y ejecución, donde el suspense se construye gradualmente, alimentándose de la incertidumbre y la desesperación. No obstante, a veces la película se deja llevar por la espectacularidad visual, a expensas de profundizar en las motivaciones de los personajes o en el desarrollo de su relación.
La actuación de Gerard Butler es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Su ‘El gran Nick’ es un protagonista con un pasado complejo y una determinación inquebrantable, lo que lo convierte en un personaje con el que es fácil conectar. Billy Burke aporta una rudeza y una frialdad palpable al papel del Sheriff, interpretando a un antagonista que es, al mismo tiempo, comprensible y aterrador. El resto del reparto, incluyendo a Michael Ray Taylor como el planificador meticuloso, y Damian Lewis como el experto en tecnología, cumplen con creces sus papeles, ofreciendo interpretaciones sólidas y convincentes.
Sin embargo, el guion presenta algunas debilidades. Aunque la trama es intrigante y el concepto es original, la ejecución carece de la profundidad que podría haber elevado la película a un nivel superior. Los diálogos a veces son torpes y algunos giros argumentales, aunque efectivos para mantener la tensión, son predecibles. Además, la película dedica un tiempo considerable a mostrar el “cómo” del atraco, descuidando ligeramente el “por qué”. Se siente, en ocasiones, como un ejercicio de espectáculo técnico más que una historia con un corazón profundo. La tensión se genera a través de la acción, pero le falta la exploración psicológica necesaria para hacerla verdaderamente memorable.
En definitiva, “Juego de ladrones: El atraco perfecto” es un entretenimiento sólido, con una buena dosis de acción, tensión y un protagonista carismático. No es una obra maestra, pero ofrece un despliegue visualmente interesante y una experiencia cinematográfica satisfactoria para los aficionados al género. Logra el propósito de sumergir al espectador en el mundo del crimen organizado, aunque le falta un toque más personal.
Nota: 7/10