Juego de patriotas (1992)

“Juego de Patriotas” (Patriots) es un thriller político que, en su entrega inicial, se presenta como un intento ambicioso de capitalizar la popularidad del personaje Jack Ryan, convertido en estrella de Hollywood tras la serie de Amazon Prime. La película, dirigida por Alejandro Amenábar, consigue mantener un ritmo frenético y un nivel de tensión constante durante la mayor parte de su duración, aunque el guion, a veces, se permite excesos dramáticos que sacan a relucir lo más artificial de la situación. Sin embargo, en su planteamiento y ejecución, la cinta logra sumergir al espectador en un escenario internacional de gran impacto, explorando temas como la seguridad nacional, el terrorismo y el legado de conflictos pasados.

La dirección de Amenábar se caracteriza por un uso efectivo del suspense, con planos cortos y movimientos de cámara ágiles que intensifican la sensación de peligro. La película se centra en el momento en que Jack Ryan, interpretado con naturalidad y humanidad por John Krasinski, se ve obligado a volver a sus viejos instintos en una misión que pone en peligro su vida y la de su familia. El choque entre la vida privada y el mundo de espías es el eje central de la narrativa y se transmite con creces a través de las actuaciones de Krasinski y Rebecca Ferguson, quien interpreta a Maureen, la esposa de Ryan. La relación entre ambos es el corazón emocional de la película y, a pesar de los excesos de la trama, logra evocar cierta empatía.

El guion, aunque contundente en sus momentos, recurre a ciertos clichés del género de espías. La trama, aunque compleja y llena de giros, a veces se siente predecible, y el villano, aunque bien interpretado por Luke Evans, carece de profundidad. La incorporación de elementos históricos y políticos, relacionados con el terrorismo irlandés, añade una capa de realismo a la historia, pero también exige un cierto conocimiento previo para comprender plenamente las motivaciones de los personajes. El tratamiento del I.R.A., aunque se presenta como un enemigo, se presta a ciertas simplificaciones que, en cierto modo, minimizan la complejidad del conflicto. Se echa de menos un análisis más matizado de las causas y consecuencias de la violencia.

Sin embargo, “Juego de Patriotas” es una película entretenida y que cumple su cometido de acción y suspense. La película logra establecer un tono de incertidumbre constante y sus secuencias de acción, coreografiadas de manera impecable, son visualmente impactantes. Además, la película ofrece un buen punto de partida para explorar el universo de Jack Ryan, prometiendo, en futuras entregas, profundizar en sus motivaciones y en los desafíos que enfrentará. El final abierto, deliberadamente, invita a la continuación de la saga, lo que es, en sí mismo, un mérito.

Nota: 7/10