Juegos de amor en la universidad (1985)

“Juegos de amor en la universidad” es una película que, en lugar de ofrecer una ruptura radical con el género, se sumerge con gusto en sus clichés más establecidos. La premisa, una atracción inmediata y combativa, es un caballo de batalla del cine universitario, y esta producción, dirigida con una naturalidad que a veces resulta más notable que el contenido, lo abraza sin tapujos. No se trata de una obra maestra, pero sí de una experiencia entretenida, especialmente para aquellos que buscan una comedia romántica ligera y sin pretensiones.

La dirección de Mark Waters es precisa y minimalista. No intenta complicar la narrativa con efectos especiales o movimientos de cámara intrincados. Se centra en los diálogos, en las reacciones de los actores y en el ritmo pausado que permite que la tensión entre Gibson y Alison se desarrolle de forma orgánica. Es una elección interesante, ya que, a pesar de la simplicidad visual, la película logra generar cierta intimidad entre los personajes. La fotografía, con un tono ligeramente desaturado, refuerza ese ambiente de California, evocando a la vez la promesa de la aventura y la melancolía de las despedidas.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Sean Gordy como Gibson ofrece una interpretación convincente de un joven inseguro, que intenta proyectar una imagen de chico duro pero que en el fondo es vulnerable y susceptible. Sin embargo, es Amanda Seyfried quien realmente brilla en su papel como Alison. Su personaje es el de la chica explosiva que, al principio, resulta irritante, pero con la que, progresivamente, se empieza a conectar. Seyfried logra transmitir tanto la sarcástica rebeldía de Alison como su fragilidad, lo que le permite que el personaje sea mucho más complejo y menos estereotípico de lo que podría parecer. La química entre Gordy y Seyfried es palpable, y su interacción es uno de los pilares fundamentales de la película.

El guion, aunque no destaca por su originalidad, sí que funciona bien en la medida en que mantiene el interés del espectador. El desarrollo de la relación entre Gibson y Alison no es especialmente sorprendente, pero la película se beneficia de un ritmo ágil y de diálogos inteligentes que se burlan de las convenciones del género. Se explora la idea de que el primer amor no siempre es fácil ni romántico, y que a veces se basa en el rechazo, la rivalidad y la necesidad de demostrarse algo. Aunque algunas situaciones son predecibles, el guion logra mantener una cierta frescura y evita caer en clichés demasiado forzados.

En definitiva, “Juegos de amor en la universidad” es una comedia romántica agradable y entretenida que ofrece un enfoque fresco al género. No es una película que va a cambiar tu perspectiva sobre el amor, pero sí que puede resultar entretenida para aquellos que buscan una escapada ligera y sin complicaciones. Si buscas algo que te haga reír y reflexionar un poco sobre el primer amor, esta película puede ser una buena opción.

Nota: 6/10