Juegos de carretera (1981)

“Juegos de carretera” (Road Games) es una película que se mantiene a un margen justo de tensión, sin llegar a ser una joya, pero sí a ser un entretenimiento decente para una noche de cine. Dirigida por Christopher Mickey, la película se construye sobre una premisa sencilla pero efectiva: un solitario camionero, Quid (Stacy Keach), se ve envuelto en una serie de asesinatos de mujeres a lo largo de una extensa ruta australiana, mientras lucha contra sus propios demonios y la inminente llegada de una furgoneta verde que, según sus sospechas, es responsable de la violencia.

La película no intenta revolucionar el género del thriller de carretera. Se inspira en clásicos como “Rojo” de John Carpenter y “Duel” de Steven Spielberg, y su ritmo deliberadamente lento y contemplativo se centra en la atmósfera opresiva del desierto australiano y la creciente paranoia del protagonista. La dirección de Mickey es competente, logrando generar una sensación de aislamiento y vulnerabilidad palpable. El uso del paisaje, vasto, árido y desolador, es fundamental para el impacto emocional de la película. Sin embargo, la lentitud, que podría ser un punto fuerte para algunos, podría resultar tediosa para otros espectadores. La banda sonora, minimalista y a veces inquietante, contribuye a la atmósfera de suspense, pero tampoco aporta elementos particularmente memorables.

Stacy Keach ofrece una actuación sólida como Quid. Su personaje es un hombre marcado por el pasado, un tipo taciturno y estoico que se debate entre la necesidad de proteger a los demás y su propio deseo de no involucrarse. Keach transmite la melancolía y la desconfianza de Quid con una naturalidad que le permite conectar con el espectador. La química entre Keach y una de las actrices secundarias, Karen Sickle (interpretada por Dana Delany), que encarna una joven periodista en busca de la verdad, es convincente y añade una capa de complejidad a la trama. No obstante, el guion, escrito por Mickey y Christopher Hilton, es donde la película presenta sus mayores debilidades. Si bien la construcción del suspense es efectiva en los primeros actos, la trama se vuelve predecible y llena de clichés a medida que avanza. Los giros argumentales son, en su mayoría, poco originales y el final, aunque satisfactorio, es bastante convencional.

A pesar de sus fallos, “Juegos de carretera” consigue mantener el interés gracias a su atmósfera inquietante y a la sólida actuación de Stacy Keach. No es una película que dejará una huella imborrable, pero si buscas un thriller de carretera tranquilo, atmosférico y con un buen protagonista, puede ser una opción decente para pasar el rato. La película no intenta ser un referente del género, sino que se posiciona como una simple, aunque funcional, pieza de entretenimiento.

Nota: 6/10