Juerga Tropical (1987)

“Juerga Tropical” es, en su esencia, una fábula sobre la importancia de la conexión humana, disfrazada de comedia dramática. El director, Andrés Herrero, no busca la grandilocuencia, sino un relato sencillo y, a veces, casi infantil, que se basa en la capacidad del espectador para encontrar calidez en personajes que, a priori, parecen carecer de ella. La película explora la soledad y la incomunicación, dos heridas emocionales recurrentes en nuestra sociedad, y las consecuencias que puede tener cuando no se abordan.

La historia, centrada en Julián (Javier Gutiérrez), un profesor de gimnasia acostumbrado a la rutina y a los resultados, nos presenta un hombre que se encuentra abruptamente despojado de sus planes de verano: un viaje a las Bahamas con su pareja. Una serie de acontecimientos lo obligan a regresar al instituto para ofrecer clases de recuperación a alumnos con dificultades emocionales y de conducta. El guion, aunque no se aventura en territorios demasiado complejos, se construye con un ritmo pausado que permite al espectador conectar con las preocupaciones de Julián. No se pretende crear un drama apocalíptico, sino mostrar la lenta, a veces incómoda, transformación de un hombre que se ve forzado a salir de su zona de confort y a enfrentarse a las necesidades de un grupo de jóvenes que, en su mayoría, no encuentran una vía de expresión. El guion, en este sentido, consigue ser sutil y creíble, sin recurrir a clichés ni simplificaciones excesivas.

La dirección de Andrés Herrero se distingue por su delicadeza y su enfoque en las microexpresiones de los personajes. La película se basa en la observación y en la fotografía, que, aunque no es especialmente llamativa, crea una atmósfera de intimidad. La fotografía del entorno, que evoca la melancolía de la España rural, complementa a la perfección la historia. Sin embargo, a veces la película se atasca en una cierta lentitud, lo que puede resultar tedioso para algunos espectadores. La banda sonora, discreta y ambiental, refuerza la sensación de introspección y de búsqueda de significado.

El núcleo de la película reside en la interpretación de Javier Gutiérrez. El actor logra transmitir la torpeza y la vulnerabilidad de Julián con una honestidad conmovedora. Su Julián no es un héroe ni un mentor idealizado, sino un hombre común, con sus propios miedos y dudas. El resto del reparto ofrece igualmente buenas interpretaciones, destacando especialmente el trabajo de los jóvenes actores que interpretan a los alumnos. Logran dar vida a personajes que, aunque a veces estereotipados, se sienten realistas y entrañables. En particular, la actuación de un joven llamado Pablo, que encarna la desesperación juvenil y la falta de referentes, es particularmente impactante.

En definitiva, “Juerga Tropical” es una película que, aunque no alcanza la genialidad de otros trabajos de Javier Gutiérrez, ofrece una reflexión honesta y conmovedora sobre la importancia de la empatía y la conexión humana. No es una comedia que te hará reír a carcajadas, sino una película que te invita a la reflexión y que, al final, te dejará con una sensación agridulce de esperanza. Es un filme que funciona mejor si se aprecia con una actitud abierta y receptiva.

Nota: 7/10