Año 2139, el mundo ha cambiado y la humanidad se ha vuelto tan violenta como el planeta en sí. La civilización en Estados Unidos sólo existe en tres mega-ciudades donde los crímenes y delitos están a la orden del día y donde la policía y el decadente sistema legal forman un corrupto híbrido. Sin embargo, en uno de esos tres centros, Mega-City Uno, hay alguien dispuesto a luchar por la ley y por dar a la justicia una esperanza de futuro, el implacable y legendario Juez Dredd.
Juez Dredd (1995)
(EN) · Ciencia ficción · 1h 36m
En el futuro, un hombre es la ley.

Sinopsis de Juez Dredd
En el año 2139, la humanidad vive envuelta en una permanente violencia. Sin embargo, en MegaCity Uno, una de las tres megaciudades que existen en Estados Unidos, hay un hombre dispuesto a luchar contra el crimen: el impacable Juez Dredd.
Ficha técnica
Judge Dredd
EN
Charles Lippincott, Beau Marks, Tony Munafo, Susan Nicoletti
Reparto principal de Juez Dredd
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Juez Dredd.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Juez Dredd
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Críticas de la película
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“Juez Dredd” no es una película que te enamore al primer segundo, pero sí que te mantiene enganchado gracias a su brutalidad visceral y a una atmósfera opresiva que se adhiere a cada fotograma. Danny Boyle, conocido por su capacidad para construir mundos complejos y perturbadores en películas como “Trainspotting” y “Slumdog Millionaire”, se atreve a regresar al género de acción y, aunque el resultado no es su obra maestra, demuestra un compromiso admirable con la visión original del personaje, tal como se vio plasmada en la novela gráfica de Judge Dredd de Judge Dredd.
La película, ambientada en MegaCity One, un lugar donde la ley y el orden son inexistentes, gracias a la omnipresente amenaza criminal, se centra en el Juez Harry Sculley (Karl Urban), un magistrado-policía con poderes judiciales, ejecutoriales y policiales. Sculley, junto con su fiel compañero, el policía cyborg Casper (Rob vanievrouw), se enfrenta a la corrupción, el crimen organizado y la aparente ley de la selva, todo ello en una ciudad condenada a la destrucción gradual. Boyle se abstiene de explorar la filosofía moral del personaje en profundidad, y eso, en última instancia, es a la vez una fortaleza y una debilidad. Se enfoca en la ejecución implacable de la justicia, una búsqueda frenética de criminales y la lenta pero innegable degradación del entorno.
La dirección de Boyle es efectiva para crear un mundo visualmente impactante. Las densas calles de MegaCity One, saturadas de violencia y miseria, son un testimonio del colapso social. El uso de la cámara, a menudo en primeros planos y en movimientos rápidos y bruscos, intensifica la sensación de caos y peligro constante. La acción es coreografiada de manera frenética y brutal, con secuencias de disparos y peleas coreografiadas con un nivel de detalle y realismo sorprendentemente alto. Sin embargo, la película carece de un ritmo narrativo consistente; las escenas de acción, aunque espectaculares, a veces interrumpen la construcción del mundo y la interacción entre los personajes.
Las actuaciones son sólidas, en particular la de Karl Urban, quien encarna el Juez Sculley con su habitual intensidad y pragmatismo. Su interpretación transmite la frialdad y la determinación del personaje, aunque a veces se siente ligeramente plano. Rob vanievrouw ofrece un alivio cómico bien medido y aporta una dinámica interesante a la relación entre los dos protagonistas. El reparto de apoyo, con figuras como Olivia Dunn y Vincent Pastore, cumplen su papel, aunque sus personajes son relativamente menos desarrollados.
El guion, adaptado de la novela gráfica, es conciso y directo. Se centra en la trama principal, evitando divagaciones innecesarias. Aunque la historia es simple, Boyle logra mantener el interés del espectador gracias a la intensidad de la acción y al elemento de suspense. La película, aunque no se adentra en la moralidad compleja del personaje, se beneficia de una propuesta visualmente audaz y de la implementación de innovadores efectos especiales, que incluyen el sistema de “Dred Law”, un algoritmo que determina la sentencia basándose en el nivel de amenaza que representa el criminal.
En definitiva, “Juez Dredd” es una película de acción enérgica y brutal que honra el espíritu de la novela gráfica. No es una obra maestra, pero sí una experiencia cinematográfica reforzada que ofrece un vistazo a un futuro distópico inquietante y una interpretación visceral de un personaje icónico.
Nota: 7/10
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