Jugada salvaje (2015)

“Jugada salvaje” (Wildcard) es una película que, a pesar de sus defectos técnicos, logra capturar la esencia de un thriller criminal con un giro inesperado. La historia, aunque no especialmente original en su premisa, se beneficia de una ejecución meticulosa y de un tratamiento inteligente de sus personajes. La película sigue a Jack, un ex adicto al juego con un pasado turbio, que ahora opera como guardaespaldas, a pesar de su reluctancia a utilizar la violencia. Cuando su antigua compañera, una mujer fatal con un pasado oscuro, es atacada por un mafioso, Jack se ve obligado a intervenir, desencadenando una serie de eventos que lo arrastran a un juego peligroso y de alto riesgo.

La dirección de Gareth Evans es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Evans, conocido por su trabajo en “Rojo – Rojo”, maneja la tensión con maestría, creando atmósferas claustrofóbicas y situaciones de peligro inminente. El uso de la cámara, especialmente en las escenas de confrontación, es preciso y efectivo. La película no recurre a la violencia gratuita, sino que la utiliza para intensificar la sensación de amenaza. Sin embargo, a veces la dirección se inclina por un estilo demasiado estilizado, que puede resultar un poco desconectado del espectador en algunas ocasiones. La banda sonora, aunque consistente en su tono tenso, podría haber sido más sutil.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Nicolas Holt, quien interpreta a Jack, ofrece una interpretación convincente como un hombre roto por sus demonios, luchando por redimirse. Su personaje evoluciona a lo largo de la película, y Holt consigue transmitir la complejidad de su carácter, su vulnerabilidad y su determinación. La actriz que interpreta a la antigua amiga de Jack, Erica Ford, aporta una presencia imponente y una química interesante con Holt. El antagonista, interpretado por Michael Dorman, es un personaje amenazante, aunque su motivación no queda del todo clara, lo que puede restar impacto a su amenaza. El resto del elenco secundario cumple bien su función, aportando credibilidad al mundo turbio de las apuestas clandestinas.

En cuanto al guion, la película destaca por su ritmo trepidante y por la constante sensación de peligro. La trama, aunque predecible en algunos momentos, está bien construida y mantiene al espectador enganchado. La película se centra en la tensión psicológica entre los personajes y en las consecuencias de sus decisiones. Se exploran temas como la adicción, la venganza, la redención y el precio del pasado. Sin embargo, el guion podría haber profundizado más en la relación entre Jack y su antigua compañera, y en las motivaciones de los personajes secundarios. La película, en definitiva, ofrece un entretenimiento sólido, pero no particularmente innovador. La película se beneficia de una estructura narrativa elegante, donde cada escena contribuye a la tensión general. El final, aunque satisfactorio, es un poco apresurado y podría haber sido más elaborado.

Nota: 7/10