Jumper (2008)

“Jumper” (2008) no es una película que deje una huella imborrable en la memoria cinematográfica, pero tampoco es un simple ejercicio de entretenimiento sin valor. Dirigida por Doug Liman, la película se erige como una propuesta de ciencia ficción ligera y estilizada, con un atractivo visual considerable y una premisa interesante que, aunque no del todo explotada, logra mantener el interés durante su duración.

El guion, adaptado de la novela homónima de Steven Gould, presenta un mundo donde unos pocos elegidos poseen la habilidad de saltar instantáneamente a cualquier lugar del planeta. David Rice (Samuel L. Jackson), el protagonista, se presenta como un hombre pragmático que ha aprendido a controlar su don para evitar responsabilidades y vivir una vida de lujo. La introducción del personaje de Griffin (Jamie Bell), un joven impulsivo y desinhibido que también puede saltar, introduce una dinámica de conflicto y camaradería que impulsa la trama. Sin embargo, el guion peca de cierta previsibilidad y de una excesiva dependencia de clichés del género. La construcción del “misterio” de los “saltadores” se siente superficial y la explicación de su origen se presenta de manera poco convincente. Las escenas de acción, aunque coreografiadas con soltura, a menudo se sienten forzadas y carentes de un impacto emocional significativo.

La dirección de Liman es la principal fortaleza de la película. Utiliza la habilidad de saltar para crear secuencias de acción dinámicas y visualmente impactantes, filmadas con una estética moderna y elegante. Los planos son rápidos, los cortes son precisos y la banda sonora, compuesta por Clint Mansell, refuerza la sensación de movimiento y urgencia. La película se beneficia enormemente de la filmación en localizaciones reales, lo que le otorga un realismo agradable y evita el recurrente uso de sets artificiales que suele perjudicar a las producciones de ciencia ficción. Jamie Bell, en el papel de Griffin, aporta una energía juvenil y una vulnerabilidad que equilibran el personaje de Jackson, aunque ambos interpretan sus papeles con una cierta falta de profundidad.

No obstante, la película no logra trascender su naturaleza superficial. La trama, aunque entretenida, carece de ambigüedad moral y las motivaciones de los personajes, en su mayoría, son bastante sencillas. El conflicto principal, entre la necesidad de proteger a los “saltadores” y la amenaza de las fuerzas del orden, se resuelve de manera poco original. La película podría haber explorado temas como la responsabilidad, la identidad y el precio del poder, pero se queda en un mero ejercicio de espectáculo visual. A pesar de ello, “Jumper” ofrece un rato de entretenimiento decente, con un protagonista carismático y efectos visuales dignos de mención. La película no es una obra maestra, pero tampoco es un fracaso absoluto.

Nota: 6/10