Jurassic Park III (Parque Jurásico III) (2001)

‘Jurassic Park III’ es, en el mejor de los casos, una entrega olvidable dentro de la saga de dinosaurios de Spielberg. Llevaba tiempo deseando que la franquicia encontrara un nuevo rumbo que, lamentablemente, no se materializa en esta película. La historia, aunque prometedora al principio –la búsqueda del hijo de los Kirby en una isla repleta de especies peligrosas–, se ve rápidamente consumida por un guion confuso y decisiones narrativas inconsistentes. La trama se apoya demasiado en clichés del género de aventura, recurriendo a giros argumentales predecibles y a un ritmo desigual que roza lo frustrante.

La dirección de Steven Spielberg, a pesar de mantener la estética visual característica de la saga –paisajes exuberantes, efectos especiales impresionantes, y una atmósfera de peligro inminente–, parece desconectada del resto de la serie. La película carece del suspense claustrofóbico y la sensación de vulnerabilidad que definieron las primeras entregas. La isla Sorna, que se presenta como un refugio para los dinosaurios más peligrosos, resulta ser un entorno más como un parque temático desafortunado que un lugar de supervivencia. La acción, aunque presente, es excesivamente espectacular y a menudo carente de consecuencias reales. Los dinosaurios, criados digitalmente, son visualmente convincentes, pero su comportamiento a veces resulta artificioso y poco creíble.

Las actuaciones son un punto a favor, sin duda. Sam Neil, como el ya veterano Dr. Alan Grant, ofrece una interpretación sólida, transmitiendo la amargura y el cansancio de un hombre que ha visto demasiado. La joven Isla Fisher, en el papel de Emily Kirby, aporta un toque de inocencia y valentía a la trama, aunque su personaje, en general, se siente un tanto plano. La aparición de Powers Boothe, como el General Ford, añade una dosis de intriga política y militar, pero su arco narrativo se siente incompleto y mal ejecutado. Sin embargo, el verdadero alivio actoral proviene de Vincent D'Onofrio, cuya interpretación como el "Hunter", un hombre con una conexión inquietante con la isla y sus criaturas, aporta una complejidad y un misterio que, paradójicamente, son las pocas cosas que hacen que la película sea memorable.

En definitiva, ‘Jurassic Park III’ es una película que se deja ver, pero que no deja una impresión duradera. No logra replicar la magia de las entregas originales ni encontrar una identidad propia. Es un esfuerzo decepcionante que, a pesar de contar con un reparto talentoso y algunos momentos visualmente impactantes, se hunde en un guion confuso y una dirección que no sabe qué hacer con el potencial de la historia. La película intenta, en vano, equilibrar la ciencia, el terror y la aventura, pero acaba siendo un híbrido torpe y poco convincente. No es mala, pero tampoco es buena. Es simplemente olvidable.

Nota: 5/10