“Kamasutra, una historia de amor” es una película que, a pesar de sus ambiciones, no logra alcanzar plenamente la riqueza y la complejidad que su premisa sugiere. La historia, ambientada en la India del siglo XVI, explora el triángulo amoroso entre la princesa Tara, una joven de costumbres rígidas, la sirvienta Maya, que alberga un profundo rencor, y el rey Raj Singh. La película se centra en la intriga, la venganza y la búsqueda del placer, elementos que, aunque prometedores, a veces se ven eclipsados por una dirección un tanto torpe.
La película se beneficia notablemente de una estética visualmente impresionante. Los paisajes de la India colonial son evocadores, y el vestuario, con sus ricos colores y la opulencia de las joyas, contribuye a crear una atmósfera cautivadora. Sin embargo, la cinematografía, a menudo, se centra demasiado en la belleza superficial, perdiendo de vista el desarrollo de la trama y el impacto emocional de las escenas. La banda sonora, aunque agradable, tampoco logra complementar la narrativa de manera efectiva. Se siente a veces pretenciosa, buscando llamar la atención más que intensificar la emoción.
Las actuaciones son un punto fuerte. La actriz que interpreta a Tara, Devika Bharihant, logra transmitir la transformación de la princesa, desde su rigidez inicial hasta su gradual apertura a la sensualidad. Su interpretación es sutil y convincente. En contraste, Pooja Bedi como Maya ofrece una actuación más dinámica y apasionada, capturando perfectamente el resentimiento y la ambición de la sirvienta. El rey Raj Singh, interpretado por Rajesh Kumar, a pesar de su papel limitado, siempre se percibe como un hombre vulnerable y susceptible al encanto, lo que hace que su caída sea más creíble. La relación entre Tara y Maya es compleja y, en ocasiones, perturbadora, y las actrices se complementan a la perfección.
El guion, sin embargo, presenta algunas fallas. La trama, aunque interesante, se siente a veces predecible, y algunos diálogos son torpes y poco naturales. Además, la película no profundiza lo suficiente en las motivaciones de los personajes, lo que dificulta la conexión emocional con ellos. La introducción del Kama Sutra, aunque central para la trama, se utiliza de forma superficial, como un mero accesorio decorativo que, en lugar de ser el motor de la narrativa, termina siendo una simple justificación para la sensualidad. La película podría haber explorado las implicaciones filosóficas y culturales del texto con mayor profundidad.
En definitiva, "Kamasutra, una historia de amor" es una película visualmente atractiva y con buenas actuaciones, pero que, debido a su guion inconsistente y a una dirección poco inspirada, no alcanza su potencial. Se siente como una pieza de entretenimiento ligero, más centrada en la estética que en la sustancia.
Nota: 6/10