Kanbalhi (2024)

“Kanbalhi” no es una película que te asuste con sustos fáciles ni con gore ostentoso. Es un thriller psicológico que se construye con paciencia, tejiendo una atmósfera de inquietud palpable desde sus primeros minutos y que, a pesar de algunas debilidades, logra mantenerte absorto en su relato. La película se centra en la familia Shuaib, cuyas vidas pacíficas se ven irrevocablemente alteradas tras mudarse a una casa aparentemente normal, solo para descubrir que alberga un oscuro pasado y una presencia maligna.

La dirección de Faheem Khan se distingue por su habilidad para generar una sensación constante de amenaza latente. No hay persecuciones frenéticas ni espectaculares explosiones, sino una construcción meticulosa de la tensión, utilizando la luz, la música y el diseño de sonido de forma brillante. Khan explora los rincones de la psicología familiar, mostrando cómo el miedo puede erosionar la confianza y la estabilidad, incluso entre los miembros más cercanos. La casa, en sí misma, se convierte en un personaje central, imponente y ominosa, con una arquitectura que evoca un sentimiento de abandono y desesperación. Observa con atención los planos detalle: un reflejo inquietante, una sombra fugaz, una puerta que se cierra de golpe – cada uno de estos elementos contribuye a la creciente sensación de que algo no está bien.

Las actuaciones son sólidas. Sharaf Abdulla ofrece una interpretación convincente como el padre de familia, transmitiendo una mezcla de preocupación, frustración y creciente terror. Ravee Farooq, como su esposa, logra comunicar el desgaste emocional y el miedo paralizante que siente ante la realidad que se desata. Sin embargo, el verdadero corazon del relato reside en la actuación de la joven protagonista, que logra transmitir la inocencia, el asombro y el terror de una manera particularmente efectiva. Es importante señalar que el guion, aunque sólido en su planteamiento, a veces se adentra en terrenos que se sienten algo forzados, recurriendo a ciertos clichés del género. Algunas subtramas, aunque interesantes, podrían haberse desarrollado con mayor profundidad. Aun así, la película logra mantener un ritmo constante y un hilo conductor que te impide abandonar la historia. La exploración de las creencias locales y la superstición, elementos integrales para la trama, están bien integrados en la narrativa, ofreciendo una visión interesante sobre las costumbres y las mitologías de la región.

“Kanbalhi” es una película que va más allá del mero entretenimiento de terror. Se trata de una reflexión sobre la fragilidad de la realidad y el poder de lo desconocido. No es una película que te dejará con el corazón latiendo a mil, pero sí te acompañará en la mente mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar. Es un thriller lento pero efectivo que, a pesar de sus imperfecciones, merece ser visto por aquellos interesados en narrativas de suspense con un toque de folklore y misterio.

Nota: 7/10