“Kevin Hart: Let Me Explain” no es una película convencional. Es un documento de viaje, una instantánea vibrante y a menudo caótica de un momento específico en la carrera de Kevin Hart. La película no busca ser una biografía exhaustiva, sino que se centra en la gira “Let Me Explain” de 2012, un periodo que, según se revela en la película misma, transformó radicalmente la vida y la carrera de Hart. Y, de alguna manera, eso se transmite de manera genuina y contagiosa en la pantalla.
La dirección de Rob Weiss es sorprendentemente efectiva, capturando la esencia del espectáculo de Hart de una manera que va más allá de un simple concierto grabado. Weiss logra condensar 80 ciudades y 10 países en aproximadamente 90 minutos, evitando la sensación de sucesión apresurada y manteniendo un ritmo frenético que refleja la energía desbordante de las presentaciones de Hart. El uso de cámara rápida, planos cortos y ángulos inusuales crea una atmósfera visceral, como si el espectador estuviera sentado en el público, absorbiendo el caos y la alegría del momento. No es la dirección más sofisticada, pero su función principal –documentar con precisión y energía– se cumple con éxito.
La actuación de Kevin Hart es, por supuesto, el corazón de la película. Hart irradia una energía que es tanto innegable como, a veces, agotadora. Su comedia es de un tipo particular: agudo, observacional y a menudo basada en sus propias experiencias. No es humor para todos los gustos, pero su carisma y su capacidad para conectar con el público son innegables. La película no intenta suavizar su estilo; más bien, lo presenta tal y como se le conoce: desbordante, excitable y a menudo, un tanto egocéntico. Lo que funciona muy bien es la forma en que la película muestra la transformación que experimentó Hart durante la gira. Lo que inicialmente parecía una simple exposición personal se convierte en una historia de autodescubrimiento, donde la presión y el éxito le obligan a reevaluar su forma de comunicarse y relacionarse con los demás. La vulnerabilidad que muestra en algunos momentos, lejos de contrastar con su personalidad explosiva, añade una capa interesante a su retrato.
El guion, compuesto principalmente por Hart y Rob Weiss, es sorprendentemente íntimo. Se siente como si estuviéramos escuchando un fragmento de una conversación entre amigos. Si bien es un guion simplificado, su fortaleza reside en su autenticidad. Las anécdotas que comparte Hart, desde sus primeros trabajos hasta sus fracasos iniciales en Hollywood, son divertidas y conmovedoras. La película se centra en la dinámica entre Hart y su equipo, mostrando las dificultades y los desafíos que enfrentan al organizar y ejecutar un espectáculo de esta envergadura. La estructura narrativa, aunque no compleja, permite que las historias personales de Hart se integren de forma fluida en el flujo del concierto, creando un relato cohesivo y entretenido.
En definitiva, “Kevin Hart: Let Me Explain” es una película que celebra la personalidad única de Kevin Hart y el impacto que tuvo en su carrera. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí un testimonio de la energía, el trabajo duro y el talento de un hombre que ha logrado conquistar el mundo del entretenimiento. Nota: 7.5/10