Kuessipan (2019)

“Kuessipan” no es una película para ver si buscas un espectáculo visual grandioso o una trama repleta de giros argumentales. Es una experiencia visceral, una inmersión profunda en la vida de una comunidad Innu en Quebec, y un recordatorio inquietante del peso del pasado y las consecuencias de las decisiones individuales. La dirección de Brigitte Poupart es, sin duda, la piedra angular de la película. Su mirada, precisa y llena de sutileza, evita la sentimentalidad gratuita y se centra en transmitir la complejidad emocional de los personajes y el entorno. Observamos la belleza agreste y a la vez opresiva del paisaje, que se convierte en un espejo de la lucha interna de los protagonistas.

La película se construye sobre la amistad de Sharon Ishpatao Fontaine y Étienne Galloy, dos jóvenes atrapados en un dilema existencial. La actuación de Sharon Ishpatao Fontaine es, sencillamente, excepcional. Su interpretación de Sharon transmite con una autenticidad conmovedora la dualidad de un alma que se debate entre las obligaciones de su comunidad y el deseo de perseguir un futuro diferente. Martin Desgagné, como Étienne, complementa a la perfección su interpretación, mostrando la confusión y la frustración de un joven que se siente impotente frente a las expectativas impuestas por su familia y su cultura. La química entre ambos actores es palpable, real, y contribuye de manera significativa a la credibilidad de la historia.

El guion de Étienne Galloy es, quizás, el elemento más perturbador de la película. No presenta una batalla maniquea entre la tradición y la modernidad; en cambio, explora la ambigüedad inherente a la identidad y la dificultad de reconciliar dos mundos aparentemente inconciliables. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas incómodas sobre la responsabilidad individual y el impacto de las decisiones en las generaciones futuras. La lentitud, que algunos podrían considerar una debilidad, es en realidad un recurso narrativo deliberado, que permite al espectador absorber la atmósfera y el peso emocional de la historia. El uso del lenguaje Innu, integrado de manera natural y respetuosa, añade una capa de riqueza cultural y autenticidad que es fundamental para la comprensión de la trama.

“Kuessipan” es una película que te acompañará mucho después de que los créditos hayan rodado. Su fuerza reside en su honestidad brutal y en su capacidad para mostrar las complejidades de la vida en una comunidad marginada. Es un film que exige reflexión, que nos invita a cuestionar nuestras propias certezas y a considerar el impacto de nuestras acciones. No es un entretenimento fácil, pero es, sin duda, una experiencia cinematográfica profundamente memorable y que merece ser vista.

Nota: 8.5/10