Kuffs, poli por casualidad (1992)

“Kuffs, poli por casualidad”, estrenada en 1992, es una película que, a primera vista, podría pasar desapercibida en el catálogo de acción y comedia policial de la época. Sin embargo, bajo una capa inicial de convencionalismo, se revela como una pequeña joya, un estudio interesante sobre la responsabilidad, la justicia y el choque entre el idealismo juvenil y la dura realidad de la ley. La película, dirigida por Frank Coraci, se centra en la vida de George Kuffs (Christian Slater), un joven recién licenciado que, tras la trágica muerte de su hermano, Brad (Bruce Boxleitner), se ve obligado a asumir su trabajo como oficial de policía en la ciudad de Los Ángeles. Esta transición abrupta no solo lo obliga a asumir un rol que no le concibe, sino que desencadena una búsqueda implacable de venganza contra los responsables del asesinato de su hermano.

Lo que realmente distingue a “Kuffs” es su enfoque poco ortodoxo del género. En lugar de presentar un héroe convencional, la película nos ofrece a un George Kuffs tremendamente imperfecto, irresponsable y con una tendencia a la procrastinación. Christian Slater, con su habitual carisma juvenil, encarna a la perfección a este personaje que lucha contra su propio ser, intentando equilibrar las exigencias de su trabajo con sus problemas personales y su relación con Maya (Milla Jovovich). La química entre Slater y Jovovich es palpable, aportando una dimensión realista y vulnerable a la narrativa. Boxleitner, por otro lado, ofrece un Brad carismático y competente, un ejemplo de un oficial de policía dedicado a su trabajo y un contrapunto interesante a la actitud despreocupada de su hermano.

La dirección de Coraci es sencilla pero efectiva. Evita los clichés del género, optando por un ritmo ágil que equilibra las escenas de acción con momentos de comedia y drama. La película se beneficia de un guion inteligente que se adentra en la complejidad moral de la ley y la justicia. No se adscribe a una visión simplista de "los buenos contra los malos"; presenta dilemas éticos que obligan al espectador a cuestionar la naturaleza de la venganza y si siempre es la respuesta correcta. Las secuencias de persecución, aunque no sean particularmente innovadoras, están bien coreografiadas y contribuyen a mantener el interés del espectador. Sin embargo, el verdadero punto fuerte reside en los diálogos, que son agudos y llenos de humor negro.

A pesar de no ser una obra maestra cinematográfica, “Kuffs, poli por casualidad” merece ser descubierta. Es un ejemplo de cómo una película puede ser entretenida, reflexiva y con un toque de originalidad, incluso dentro de un género ya saturado. Ofrece una perspectiva interesante sobre la responsabilidad, la pérdida y la dificultad de encontrar el camino correcto en un mundo complejo. El tono, a veces satírico, se complementa bien con las situaciones cómicas que surge de la vida de un joven que intenta crecer rápido tras una tragedia.

Nota: 7/10