La armadura de Dios (1986)

“La Armadura de Dios” es un espectáculo visualmente deslumbrante, una película de Jackie Chan que, a pesar de sus pretensiones de épica y misterio, se siente a veces un poco desequilibrada. La película se adentra en un mundo de artefactos religiosos, coleccionistas excéntricos y terroristas omnipresentes, creando un ambiente que, aunque carente de profundidad, resulta consistentemente entretenido. Chan, como siempre, ofrece una actuación física impresionante, dominando cada coreografía de lucha con una energía contagiosa. Sus movimientos son precisos, creativos y, en general, excepcionales. Sin embargo, su presencia, aunque central, no compensa por completo las deficiencias del guion.

El núcleo de la trama, la búsqueda de la Armadura de Dios y la disputa con los terroristas, es bastante genérica. La película no se atreve a explorar las motivaciones de los personajes de manera profunda, limitándose a la premisa básica: encontrar un objeto valioso y detener a los villanos. La relación entre Duke y Jackie, el padre y el hijo, se construye de manera superficial. La tensión dramática, impulsada por el secuestro de la novia de Alan, se resuelve con relativa rapidez, y el conflicto con los terroristas, aunque lleno de escenas de acción, carece de un impacto emocional real. La comedia, que es un elemento crucial en el universo de Jackie Chan, se siente ocasionalmente forzada y desajustada con el tono general.

Visualmente, la película es una delicia. La dirección de arte es ambiciosa, creando escenarios exóticos y elaborados que transportan al espectador a un mundo de artefactos antiguos y lugares lejanos. Las secuencias de acción son coreografiadas con una maestría impecable, combinando elementos de kung fu con acrobacias de riesgo que impresionan. La banda sonora, aunque no particularmente memorable, complementa perfectamente la acción y el ritmo frenético de la película. El uso del color y la fotografía contribuyen a crear una atmósfera vibrante y llena de detalles. La edición, en general, es sólida, manteniendo el interés del espectador a pesar del ritmo acelerado.

A pesar de sus fallas narrativas, “La Armadura de Dios” es, en última instancia, una película disfrutable, especialmente para aquellos que aprecien el cine de acción de Jackie Chan. La película no es una obra maestra, pero ofrece un espectáculo de baile y acrobacias bien ejecutado, combinado con un elemento de misterio y aventura que mantienen al espectador enganchado. La película no intenta ser más de lo que es: una acción estimulante y visualmente atractiva. No obstante, el guion se siente plano y las motivaciones de los personajes no están bien desarrolladas, lo que la convierte en un entretenimiento ligero pero no trascendente. La película se siente como un festín de habilidades físicas, pero con una base de historia mínima.

Nota: 6/10