“La Biblia… en su principio” se presenta como una audaz y ambiciosa apuesta por dar forma a las narrativas fundacionales de la humanidad. La película, dirigida por Frank Doble, no se limita a una mera adaptación del Libro del Génesis; se erige como una interpretación visualmente impactante y profundamente reflexiva sobre los orígenes del mundo y la condición humana. Doble opta por un estilo narrativo no lineal, desmembrando los primeros 22 capítulos del Génesis y reconstruyéndolos en una secuencia que, aunque a veces confusa, es inherentemente provocadora.
La dirección de Doble es donde reside, sin duda, la mayor fortaleza de la película. Las imágenes son impactantes y evitan la representación literal de las escenas bíblicas, enfocándose en la atmósfera, el simbolismo y la experiencia sensorial. La creación del mundo es mostrada como un evento de inmensa fuerza, donde la realidad se plasma a partir del caos primigenio. Los primeros encuentros entre Dios y Adán y Eva se transmiten con una intimidad inquietante, utilizando una paleta de colores sutiles y una banda sonora evocadora. La representación del Jardín del Edén no es un paraíso idílico, sino un lugar de misterio y potencialidad, prefigurando la belleza y la fragilidad de la vida. La expulsión del Edén es particularmente poderosa, con una sensación de pérdida y desolación que se siente visceral.
Las actuaciones son generalmente sólidas. Jonathan Rhys Meyers ofrece una interpretación convincente de Adán, mostrando la ambición, la curiosidad y la vulnerabilidad del protagonista. Michiel Huisman, por su parte, aporta una mezcla de nobleza y tormento a la figura de Dios. Sin embargo, el elenco secundario, aunque competente, a veces se siente un tanto plano, incapaz de aportar la profundidad necesaria para algunos de los personajes secundarios. La interpretación de la Diosa, interpretada por una actriz no identificada inicialmente, es especialmente inquietante, reflejando una presencia omnipotente y a la vez distante.
El guion, escrito por Frank Doble y Patrick Somerville, es el elemento más problemático de la película. Si bien la decisión de no linealidad permite explorar las implicaciones morales y filosóficas de los relatos originales, también puede resultar desorientadora para el espectador. La película a veces se pierde en digresiones filosóficas y reflexiones existenciales, que, aunque interesantes, alejan el enfoque de la historia. El ritmo es irregular, con momentos de gran intensidad y otros de un ritmo lento y contemplativo. La película, por lo tanto, requiere una cierta paciencia y predisposición a abrazar su complejidad narrativa.
En definitiva, "La Biblia… en su principio" es una experiencia cinematográfica singular que desafía las convenciones narrativas y obliga al espectador a confrontar las preguntas fundamentales sobre la creación, la moralidad y el destino de la humanidad. Es una película que no busca ser una adaptación directa de la Biblia, sino más bien una interpretación profunda y provocadora de sus mitos fundacionales. Aunque la narración no siempre sea fluida y el ritmo pueda resultar irregular, la ambición visual y la fuerza de las ideas propuestas la convierten en una película que merecería ser vista.
Nota: 7/10