La brújula dorada (2007)

“La brújula dorada” es una película que, a pesar de un desarrollo argumental a veces irregular, logra ofrecer una experiencia cinematográfica inmersiva y visualmente impactante. Basada en la novela homónima de Philip Pullman, la película se erige como una aventura juvenil que, si bien no alcanza la profundidad del material original, se aventura con valentía en un universo paralelo complejo y repleto de imaginación. La dirección de Chris Colombus, conocida por su maestría en la creación de atmósferas, se manifiesta aquí con un control preciso de los planos y una puesta en escena que, en general, funciona a favor de la ambientación. Sin embargo, hay momentos donde la apuesta por la estética, por la creación de ese mundo “de los mundos”, eclipsa la necesidad de un desarrollo narrativo más sólido.

La película se centra en Lyra, interpretada magistralmente por Dafne Keen. Keen, a pesar de su juventud, transmite una autenticidad y una determinación palpables en el personaje. Su Lyra no es solo una niña rebelde; es una superviviente, una observadora aguda y, en última instancia, una defensora incondicional de sus amigos. La relación entre Lyra y Pantalaimon, su compañero animal de apariencia peculiar, es el corazón emocional de la película y la interpretación de Ben Ainsworth aporta una ternura genuina al vínculo entre ellos. El resto del reparto, aunque con roles menos relevantes, cumple con sus responsabilidades y contribuye a la cohesión de la película.

El guion, adaptado por Lynne Woolrich y Neil Gaiman, se enfrenta al desafío de condensar una novela extensa y con múltiples capas. Si bien se intuye la intención de explorar temas como la libre voluntad, la autoridad y la manipulación, la trama se siente a veces apresurada y algunas subtramas se ven truncadas. La representación de la ‘Magisterium’, la organización religiosa que controla la sociedad, y su rígida interpretación de la ‘Alef’, la verdad universal, podrían haberse desarrollado con mayor profundidad. La introducción de los 'arquitectos' y sus planes para 're-encuadrar' la humanidad es intrigante, pero su motivación, si bien planteada, no siempre resulta clara ni convincente.

A pesar de las concesiones necesarias para adaptar una novela compleja a la pantalla, “La brújula dorada” se distingue por su diseño de producción asombroso. La creación de los mundos paralelos, con sus criaturas fantásticas y sus paisajes oníricos, es un triunfo visual. Los efectos especiales, integrados con cuidado en la narrativa, logran crear una atmósfera de magia y misterio que atrapa al espectador. La banda sonora, combinando elementos orquestales con sonidos electrónicos, refuerza la sensación de viaje y descubrimiento. La película no es perfecta, pero ofrece una experiencia cinematográfica que, con su valentía creativa y su fuerte personaje central, merece la pena ser vista. Es una película que, al menos, invita a la reflexión sobre los límites del conocimiento y la importancia de seguir la propia brújula interna.

Nota: 7/10