La caja Kovak (2006)

“La Caja Kovak” es una joya inquietante y atmosférica que se instala en la mente del espectador como una densa niebla. Dirigida por el aclamado Brian De Palma, la película se distingue por su deliberada lentitud, su puesta en escena meticulosa y una sensación constante de incomodidad que crece exponencialmente a lo largo de su duración. No se trata de una película de acción trepidante, sino de un estudio psicológico sobre la paranoia, la culpa y las consecuencias de los secretos del pasado.

La trama, aparentemente sencilla –un escritor de ciencia ficción invitado a una isla para una conferencia y la aparición de suicidios inexplicables–, sirve como telón de fondo para una exploración profunda de la psique humana. El guion, adaptado de una novela de Rafael Sánchez Ferber, se centra en el personaje de David Kovak (Timothy Hutton), un hombre atormentado por un pasado oscuro y la pérdida de su hijo. Hutton ofrece una actuación magistral, transmitiendo la angustia y el hastío de un hombre que se siente invisible y desprovisto de sentido. Su interpretación es sutil pero poderosa, llena de miradas largas y silencios que comunican más que las palabras. La química entre Hutton y Lucía Jiménez, que interpreta a Silvia, una turista latinoamericana con una enigmática conexión con la isla, es palpable y crea una tensión magnética en la pantalla.

De Palma, maestro en el arte de la cámara lenta y la anticipación, utiliza la puesta en escena para generar una atmósfera opresiva. Las largas tomas, el movimiento de la cámara y la iluminación, que a menudo juega con las sombras, refuerzan la sensación de que algo siniestro se esconde debajo de la superficie. La isla misma, con sus paisajes desolados y su arquitectura peculiar, se convierte en un personaje más, reflejando el estado mental turbulento de los protagonistas. La dirección de arte es impecable, evocando una atmósfera de pesadilla surrealista con un toque latinoamericano que resulta particularmente inquietante.

Sin embargo, la película no está exenta de críticas. La lentitud, que es una característica definitoria de la película, puede resultar tediosa para algunos espectadores. Además, el guion, aunque inteligente, a veces se vuelve demasiado enrevesado y confuso, dejando algunas preguntas sin respuesta. No obstante, la película recompensa la paciencia del espectador con una resolución sorprendente y un final que invita a la reflexión sobre la naturaleza del trauma y la redención. “La Caja Kovak” es una experiencia cinematográfica única y memorable, una obra que se queda en la mente mucho tiempo después de haberla visto. La película es un ejemplo perfecto de cómo De Palma puede evocar el miedo y la duda sin recurrir a sustos fáciles.

Nota: 7.5/10