La casa torcida (2017)

“La casa torcida” no es una reinvención del género de misterio, ni tampoco una decepción absoluta. Se trata de una adaptación pulida y, en su mayoría, satisfactora de la novela de Agatha Christie, donde el maestro del suspense teje una intrincada red de personajes y pistas que llevan al espectador, y al detective, a una resolución que, si bien no sorprende, cumple con las expectativas del género. La película, dirigida por Christian Carion, se centra en la figura de Aristides Leónides, interpretado con una autoridad silenciosa y amenazante por Tim Roth. La intensidad de su personaje, su presencia imponente en la imponente mansión de la familia, es el motor principal de la narrativa, generando un ambiente de inquietud constante.

La dirección de Carion se distingue por su tratamiento visualmente rico y opulento. La casa, una construcción grandiosa y con una arquitectura particular que le da el nombre al título, se convierte en un personaje más. Cada plano, cada encuadre, contribuye a la atmósfera claustrofóbica y amenazante. El uso de la luz y la sombra es magistral, intensificando el drama y generando una sensación de permanencia en una pesadilla. Sin embargo, a veces la dirección se inclina hacia el excesivo, saturando la imagen con detalles que, en lugar de aportar información, simplemente abruman al espectador.

Tim Roth ofrece una interpretación soberbia como Aristides Leónides. Su rostro, surcado por arrugas y marcado por el peso de la vida, transmite una mezcla de poder, vulnerabilidad y una oscura intemperancia. Alrededor suyo, el reparto ofrece interpretaciones sólidas. Joaquin Cosio como el detective Miller aporta un toque de humanidad al grupo, aunque su personaje, al ser el observador externo, tiene menos profundidad que los miembros de la familia. La química entre Roth y Elena Anaya como la viuda, se siente natural y añade credibilidad a la dinámica familiar que se muestra tan retorcida. Las actuaciones, en general, son competentes, pero la fuerza principal reside en la interpretación del protagonista y la atmósfera que logra crear.

El guion, adaptado de la novela de Christie, es sólido pero carece de la audacia y la sutileza que caracterizan la obra original. La trama, aunque planteada de manera efectiva, se desarrolla a un ritmo algo lento, dando lugar a algunos momentos de redundancia. Si bien el ingenio deductivo del detective es evidente, la película se centra más en la presentación de pistas y la creación de suspenso que en la construcción de un argumento realmente innovador. El elemento crucial, la identidad del asesino, es revelada de una forma un tanto predecible, lo que resta un poco de sorpresa al final. No obstante, el guion evita las trampas más evidentes del género, manteniendo la tensión hasta el desenlace.

En definitiva, “La casa torcida” es un thriller psicológico entretenido y visualmente atractivo, que cumple con las expectativas del género de misterio. Aunque no llega a ser una obra maestra, logra mantener la atención del espectador gracias a su atmósfera inquietante, las buenas actuaciones de Tim Roth y la dirección competente de Christian Carion. Es una adaptación respetuosa del material original, aunque con margen de mejora en la trama y el desarrollo de los personajes.

Nota: 7/10