“La Caza” (The Hunt, en su título original) no es una película que te enganche desde el primer momento; requiere paciencia y, lo que es más importante, una mente abierta. Inicialmente, el thriller psicológico de Christopher Bell se presenta como un misterio claustrofóbico, una serie de preguntas que giran en torno a un grupo de desconocidos varados en un lugar inmenso y amenazante. La premisa, aunque extraña y a la vez perturbadora, funciona eficazmente creando una atmósfera de tensión constante. El director se vale de un paisaje rural y oscuro, con una banda sonora inquietante, para intensificar la sensación de desamparo y peligro inminente. La película comienza lenta, deliberadamente, y esto puede ser un factor limitante para algunos espectadores. Sin embargo, esta cautela inicial es esencial para construir la intriga y el impacto posterior.
La dirección de Bell es sólida, aunque carece de la audacia y el dinamismo de otros thrillers de supervivencia recientes. No se apoya en efectos especiales o giros argumentales gratuitos, sino en la fuerza de sus personajes y la construcción de la narrativa. El film se centra en la psicología de los supervivientes, explorando sus miedos, sus traumas y sus motivaciones. El juego psicológico que se desarrolla entre los cazadores y las presas es, sin duda, el punto fuerte de la película. Observamos cómo la paranoia y la desconfianza se propagan entre los personajes, desestabilizando las alianzas y creando un ambiente de incertidumbre absoluta. La película, en su esencia, es una metáfora sobre la naturaleza humana, la búsqueda de poder y la capacidad de los individuos para subvertir las normas establecidas.
El reparto es excepcionalmente bueno, y en particular, Hilary Swank ofrece una interpretación memorable. Su personaje, como la arquitecta de la “caza”, es complejo, enigmático y profundamente perturbador. La química entre Swank y la joven Anya Taylor-Joy (Lily), que interpreta una de las presas, es palpable y fundamental para el desarrollo de la historia. También merece una mención especial la actuación de Derek Ciangro, que aporta credibilidad y matiz a su personaje. Todos los actores logran transmitir la angustia y el miedo que experimentan, contribuyendo al impacto emocional de la película. La evolución de los personajes es constante y bien definida, y se siente que cada decisión que toman es una consecuencia lógica de las circunstancias.
El guion, a pesar de su premisa original, presenta algunas inconsistencias y momentos de plástica. La lógica de la “caza” se presenta de manera a veces difusa, y algunos de los movimientos de los personajes son poco creíbles. Además, el final, aunque satisfactorio, podría haber sido más elaborado y con mayor impacto. Sin embargo, estos defectos se compensan con la fuerza de la atmósfera, la tensión constante y la exploración de temas profundos como la manipulación, el control y la identidad. “La Caza” es un thriller inteligente, que invita a la reflexión y que permanece en la memoria mucho después de que terminan los créditos. No es una película para todos los gustos, pero aquellos que disfruten de thrillers psicológicos y con un toque de oscuridad, deberían tenerla en cuenta.
Nota: 7/10