La cazarrecompensas (2012)

“La cazarrecompensas” (Mark Wahlberg, 2007) es una comedia de acción que, a pesar de su premisa aparentemente simple, ofrece un entretenimiento decente, aunque no necesariamente trascendente. La película, dirigida por Peter Berg, se basa en el giro de una historia de recompensas, llevando a nuestra protagonista, Stephanie Plum, interpretada con notable agudeza por Michelle Monaghan, a un torbellino de situaciones cómicas y escenas de persecución frenéticas. Monaghan se destaca por su carisma y su capacidad para transmitir la vulnerabilidad y el sarcasmo de una mujer en una situación precaria. El personaje de Stephanie, una joven con un pasado complicado y una buena dosis de humor negro, es el corazón de la película y la hace, a pesar de sus defectos, sorprendentemente simpática.

La trama, aunque predecible en gran medida, ofrece algunos momentos de genuina tensión, especialmente en las secuencias de persecución. La película no rehuye el espectáculo, y las persecuciones, coreografiadas con un buen nivel de detalle, son visualmente estimulantes. Sin embargo, el ritmo es a veces irregular. Hay pasajes que se sienten un poco arrastrados, mientras que otros, por el contrario, se apuran demasiado. Peter Berg explora el tema de la ambigüedad moral con cierto éxito, planteando dilemas sobre la ley y la justicia, aunque sin profundizar demasiado en las implicaciones éticas. La película, en definitiva, se sitúa en un territorio donde la diversión es primordial, dejando de lado consideraciones más complejas.

La dirección de Peter Berg es competente, logrando mantener la energía en movimiento durante la mayor parte de la película. El vestuario y el diseño de producción evocan un ambiente realista de la pequeña Nueva Jersey, lo que contribuye a la verosimilitud de la historia. Sin embargo, el guion, aunque entretenido, carece de originalidad. Muchos de los clichés del género de acción están presentes, y la resolución de la trama final podría haber sido más satisfactoria. El papel de Mark Wahlberg, como el agente de recompensas, es sólido pero no particularmente memorable, relegándose a un papel secundario al que aporta la dosis justa de personaje duro y profesional.

En resumen, “La cazarrecompensas” es una comedia de acción ligera que ofrece entretenimiento sin pretensiones. No es una obra maestra, pero es un buen rato en el cine, especialmente si se busca una escapada con persecuciones y una protagonista con la que, a pesar de sus defectos, es fácil identificarse. El ritmo, la dirección y las actuaciones son correctos, pero el guion podría haber sido más ambicioso. Es un producto de consumo fácil, un entretenimiento rápido que distrae y divierte, aunque sin dejar una impresión duradera.

Nota: 6/10