‘La Cenicienta’ (2015), dirigida por Ken Branagh, es un ejercicio de nostalgia cuidadosamente ejecutado, que a pesar de contar una historia que conocemos de memoria, logra ofrecer una experiencia visualmente atractiva y, en su mayor parte, emocionalmente resonante. Branagh, conocido por su habilidad para evocar atmósferas y personajes complejos, no se limita a una mera adaptación del cuento de hadas clásico; construye una fábula moderna que explora temas de autoestima, privilegio y la búsqueda de la propia voz.
La película se distingue, en gran medida, por su cuidada dirección de fotografía. La paleta de colores, rica y luminosa, contrasta magistralmente con la oscuridad y la opresión que experimenta la protagonista. El uso del color en las escenas de la casa de la madrastra, en tonos apagados y grises, es particularmente efectivo para transmitir la sensación de injusticia y el aislamiento de Ella. La ambientación, a pesar de sus elementos fantásticos, se siente increíblemente tangible, creando un mundo creíble y embrujador.
Las actuaciones son, en general, sólidas. Cate Blanchett, como la madrastra Régine, es una villana memorable: cruel, ambiciosa y convencida de su propia superioridad. Su performance está llena de matices y justifica la despiadada actitud de su personaje. Lily James como Ella demuestra una evolución convincente, pasando de la sumisión a una mujer segura y decidida. Riley Keough, en el papel de la marquesa, aporta una elegancia y un misterio encantadores. Sin embargo, Dakota Fanning como Anastasia, la hermana de la marquesa, a veces se siente un tanto caricaturesca y su papel no recibe la atención que merecía.
El guion, aunque se adhiere a la estructura narrativa del cuento original, introduce elementos que lo enriquecen. La historia de amor entre Ella y el príncipe, aunque convencional, se construye con una sensibilidad que evita los clichés más evidentes. La trama secundaria que involucra a la Dama Gris (Halle Bailey) añade una capa de profundidad y aborda temas de clase y prejuicios sociales de una manera sutil pero efectiva. No obstante, la película no se atreve a desafiar la esencia misma del cuento, y por ello, algunas subtramas podrían haber sido más desarrolladas para generar mayor impacto.
A pesar de sus pequeñas fallas, ‘La Cenicienta’ (2015) es una película visualmente deslumbrante, con actuaciones convincentes y una banda sonora cautivadora. Es una interpretación moderna del cuento de hadas que, aunque no rompe con las convenciones, las abraza con una sensibilidad y una elegancia que la hacen agradable y memorable. La película se centra en el poder de la esperanza y la importancia de creer en uno mismo, temas universales que resuenan especialmente en un mundo cada vez más desigual.
Nota: 7.5/10