La chica del tiempo (2009)

“La chica del tiempo” (The Girl on the Train) es una película que, sorprendentemente, no cumple con la promesa de un thriller psicológico intenso que sugieren su premisa y su adaptación de un best-seller de Paula Hawkins. La historia, centrada en la vida de Rachel Watson (Emily Blunt), una mujer divorciada que lucha contra el alcoholismo y un pasado tormentoso, se desarrolla como una serie de flashbacks que, aunque estilísticamente interesantes, no logran construir una tensión dramática sostenida. La película se aferra demasiado a la reconstrucción del pasado, a menudo a expensas de la narrativa en tiempo real, generando un ritmo irregular que no sabe encontrar el equilibrio entre el misterio que pretende desplegar y el retrato de la protagonista.

Emily Blunt ofrece una interpretación sólida, transmitiendo la vulnerabilidad y el dolor de Rachel con una autenticidad palpable. Sin embargo, la película se ve perjudicada por un guion que, en ocasiones, carece de sutileza y profundidad emocional. La dirección de férula de Olivia Newman es limpia y precisa, pero se le ve limitada por la narrativa, lo que impide que el espectador se sumerja por completo en la mente turbia de la protagonista. La película busca, en varios momentos, un tono misterioso, pero la entrega parece forzada, a menudo recayendo en clichés del género. Los flashbacks, aunque visualmente bien ejecutados, se sienten más como adornos que como herramientas para profundizar en la psicología de los personajes o resolver el misterio central.

La película se beneficia enormemente de las actuaciones de los secundarios, particularmente de Rebecca Ferguson como Mirella, la amiga de Rachel, y de Tom Edgecliffe, quien interpreta al detective que lidera la investigación. La relación entre estos personajes, y su influencia en la percepción de Rachel sobre la verdad, aporta dinamismo a la trama. La interpretación de Mark Strong como el misterioso empresario Louis Periwinkle es intrigante, aunque su papel, como suele ocurrir con estos personajes, se reduce a proporcionar pistas y generar sospechas sin llegar a ser realmente determinante en la resolución del caso. Sin embargo, la trama en sí misma, aunque inicialemente intrigante, pierde fuerza a medida que avanza, sobre todo al final, cuando las conclusiones parecen apresuradas y carentes de la complejidad que la premisa inicial prometía.

En definitiva, "La chica del tiempo" es una película entretenida, con una buena protagonista interpretada por Emily Blunt, pero que no alcanza la excelencia que podría haber tenido. El ritmo irregular, el guion a veces superficial y la resolución del misterio, que resulta algo predecible, la convierten en una experiencia cinematográfica sólida pero no inolvidable. La película logra mantener la atención durante un tiempo, pero termina dejando una sensación de insatisfacción.

Nota: 6/10