La città ideale (2013)

“La Città Ideale” (La Ciudad Ideal) es una película de Luigi Lo Cascio que, más allá de ser su debut como director, se erige como una meditación sobre la búsqueda de la perfección en un mundo cada vez más hostil. La película, ambientada en Siena, presenta un personaje – Michele – un arquitecto brillante y convencido de que la vida moderna es inherentemente destructiva. Su obsesión por el ecologismo, su rechazo a la tecnología y su sueño de una comunidad autosuficiente en una ciudad construida según principios sostenibles, son el núcleo de una narrativa que, a pesar de su aparente simplicidad, logra generar una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y las complejidades de la convivencia.

Lo Cascio, como actor y director, demuestra una notable sensibilidad. Su interpretación de Michele no es la de un idealista extremo, sino de un hombre genuinamente preocupado por el bienestar del planeta y su comunidad. Lo Cascio trasciende la simple representación del personaje, infundiéndole una vulnerabilidad y una honestidad que lo hacen, paradójicamente, profundamente humano. Su dirección se caracteriza por una cuidada composición visual, que utiliza la luz y el color para reforzar el mensaje de la película: la belleza natural contrastada con la frialdad de la arquitectura industrial, el verde de los paisajes con la gris de las carreteras. La fotografía es, en definitiva, una herramienta poderosa en la búsqueda de la atmósfera particular de la película.

El guion, aunque a veces se siente un poco lento, se basa en un conflicto interno poderoso. La necesidad de Michele de ceder a un imperativo profesional – el préstamo del coche de su jefe – se convierte en un catalizador para la exploración de sus creencias. Esta situación aparentemente trivial, en realidad, expone la contradicción entre sus ideales y la realidad de un mundo que no siempre se ajusta a sus expectativas. Lo Cascio evita caer en la exageración o en el maniqueismo. La película no juzga a sus personajes, sino que les presenta con sus fortalezas y sus debilidades, lo que le confiere una gran riqueza interpretativa. La tensión surge no de explosiones dramáticas, sino de la constante confrontación entre la utopía de Michele y las limitaciones del mundo que le rodea. Existe una cierta melancolía inherente a la película, no de desesperación, sino de una amarga comprensión de que la perfección es inalcanzable.

La banda sonora, minimalista y orgánica, complementa a la perfección el ritmo contemplativo de la narrativa. No busca impresionar, sino que se integra sutilmente en la atmósfera de la película, realzando la sensación de introspección y reflexión. En definitiva, “La Città Ideale” es una película que exige atención y que, a pesar de su modestismo, ofrece una experiencia cinematográfica rica en matices y una profunda reflexión sobre los valores que nos definen como sociedad.

Nota: 7.5/10