La Civil (2021)

“La Civil” es, ante todo, un hito. Una película que se instala en el espectador como una experiencia visceral y profundamente perturbadora, lejos de la propaganda simplista que a veces se espera de un relato sobre violencia y venganza. La dirección de Alonso Ruizpalma es magistral; logra un tono sombrío y opresivo desde el primer minuto, construyendo una atmósfera de angustia que permea cada toma. La película no se inclina por el melodrama fácil, sino que se sumerge en la complejidad emocional de Cielo (Maribel Gelvez), una mujer que se desmorona lentamente bajo el peso de la pérdida y la necesidad imperiosa de justicia. La paleta de colores, predominantemente apagada y terrosa, contribuye a esa sensación de desolación y aislamiento, reflejando el estado anímico de su protagonista.

Maribel Gelvez ofrece una actuación impresionante. Su interpretación de Cielo es una de las más complejas y convincentes que he visto en los últimos tiempos. No se trata de una heroína idealizada, sino de una mujer que se transforma progresivamente, abriendo paso a una furia fría y calculadora. La transformación de Gelvez es sutil y gradual, pasando de una mujer preocupada y asustada a una figura implacable. Su rostro, expresivo y lleno de matices, transmite la desesperación y la determinación con una intensidad conmovedora. La película se sostiene, en gran medida, gracias a la solidez de su actuación principal.

El guion, adaptado de la novela homónima de Susana Sís, es el corazón palpitante de la película. No busca respuestas fáciles ni soluciones simplistas. Explora las consecuencias devastadoras de la violencia, tanto a nivel individual como social. La trama se desarrolla con un ritmo pausado y deliberado, permitiendo que el espectador reflexione sobre la naturaleza de la justicia, la venganza y la identidad. La película no glorifica ni romantiza la violencia, sino que la presenta como una fuerza destructiva que corroe a quienes la ejercen y a las comunidades que la sufren. El guion aborda temas complejos como la migración, la extorsión y la corrupción institucional, ofreciendo una visión crítica y realista de la situación en el norte de México.

Sin embargo, la película no está exenta de algunas debilidades. La segunda mitad, si bien es intensa, podría haber beneficiado de una mayor exploración de las motivaciones de los antagonistas, aunque esto podría haber diluido el enfoque en el viaje interior de Cielo. Además, algunas escenas de acción, aunque bien filmadas, podrían haberse aprovechado para generar mayor impacto emocional. A pesar de estas pequeñas imperfecciones, “La Civil” es una obra cinematográfica valiosa, que invita a una reflexión profunda sobre la fragilidad de la vida y la búsqueda de la justicia en un mundo marcado por la violencia y la impunidad.

Nota: 8/10