La conquista del planeta de los simios (1973)

“La Conquista del Planeta de los Simios” (1972) es una obra maestra del cine de ciencia ficción, un relato distópico que, más de medio siglo después, sigue resonando con una vigencia inquietante. Stanley Kubrick, con su habitual meticulosidad y alejándose de la acción convencional que asociamos con él, entrega una película que se centra en la introspección y en la exploración de la condición humana, incluso a través de la lente de una especie animal en la cima del poder. Kubrick no busca el espectáculo grandilocuente; en cambio, construye una atmósfera de tensión constante, un pulso latente que se manifiesta en los sutiles miradas, en las pausas incómodas y en las conversaciones que revelan la fragilidad moral de sus personajes.

La película se adentra en la ambigüedad moral. César, interpretado magistralmente por Charlton Heston, no es un héroe unidimensional. Su benevolencia, su deseo de convivencia, se ven constantemente desafiados por la paranoia y la venganza del General Aldo (Roddy McDowall). McDowall ofrece una actuación memorable, retratando un Aldo consumido por la rabia, pero también por la desesperación. La dinámica entre César y Aldo es uno de los pilares de la película, un duelo no de fuerza física, sino de ideologías y de la percepción de la justicia. La película, a través de esta confrontación, nos obliga a cuestionar la naturaleza del liderazgo y la conveniencia de la venganza.

La dirección de Kubrick es impecable. El uso de la luz y la sombra, la composición de los planos, la lentitud del ritmo, todo contribuye a crear una experiencia visual impactante. La película se beneficia enormemente de la fotografía de John Ainsworth, que captura con detalle la desolación del paisaje post-apocalíptico y la opulencia de la ciudad simia. Más allá del decorado, la película es sobre la memoria y el trauma. La búsqueda de las cintas que registran la muerte de los padres de César es el eje central de la trama, y es un símbolo poderoso de la pérdida, el duelo y la necesidad de comprender el pasado para poder construir un futuro. El guion, adaptado de la novela de Pierre Boulle, es sólido y evoca una atmósfera opresiva y pesimista, pero también despierta la curiosidad por las motivaciones de los personajes.

Sin embargo, la película no está exenta de críticas. Algunos argumentan que su ritmo pausado puede resultar tedioso para el espectador moderno. Si bien esto es cierto en parte, se debe entender dentro del contexto cinematográfico de la época y dentro de la visión particular de Kubrick. La película no busca la gratificación instantánea del espectador; busca provocar la reflexión y el debate. En definitiva, "La Conquista del Planeta de los Simios" es una experiencia cinematográfica única que merece ser vista y revisada, pues su mensaje sobre el poder, la memoria y la condición humana sigue siendo relevante en el siglo XXI.

Nota: 8.5/10