La conspiración de Dallas (Ruby) (1992)

“La Conspiración de Dallas (Ruby)” no es una película que transforme radicalmente nuestra comprensión del asesinato del presidente John F. Kennedy. Más bien, se erige como un estudio intrigante y, a su manera, inquietante sobre las consecuencias y la complejidad moral de un evento que ha sido objeto de innumerables teorías. La película, centrada en la figura de Jack Ruby, el propietario de clubes nocturnos de Chicago, se aventura en un territorio fértil para el debate, explorando la posible conexión entre su acción y el oscuro y a menudo sospechoso mundo de la mafia. Danny Aiello ofrece una interpretación magistral, tejiendo un retrato de Ruby que oscila entre la desesperación, la ambición y quizás una fatalidad ineludible.

La dirección de Justin Coyne es metódica y deliberada. Se evita el melodrama barato y la glorificación de la violencia. En su lugar, la película se sumerge en el ambiente claustrofóbico y opresivo de Chicago en 1966, utilizando la luz y la sombra para crear una atmósfera de tensión constante. Coyne no busca dramatizar la escena del tiroteo en Dallas; más bien, se dedica a reconstruir la vida de Ruby, mostrando su rutina, sus relaciones y sus obsesiones. La película se siente, por tanto, como un detective particular que desentraña un misterio personal antes que un análisis exhaustivo del asesinato político. Este enfoque, aunque menos espectacular, permite un mayor grado de reflexión sobre la psicología del personaje central y las motivaciones que lo impulsaron.

Sin embargo, la verdadera fortaleza de la película reside en el guion, que evita caer en clichés y presenta una narrativa sorprendentemente sutil. La película explora la ambigüedad moral de Ruby de manera efectiva, mostrándolo como un hombre atormentado por sus errores y, posiblemente, por su propia búsqueda de redención. La película plantea preguntas importantes sobre la naturaleza del heroísmo, el precio de la fama y la complejidad de la moralidad. Además, el guion evita ofrecer respuestas fáciles, dejando al espectador con la libertad de formar su propia opinión. La exploración de la conexión (o no) con la mafia, aunque un tema recurrente en las teorías de conspiración, se presenta con un toque de escepticismo y no se fuerza como una conclusión definitiva.

Las actuaciones son sólidas en su conjunto. Además de la notable interpretación de Danny Aiello, el resto del reparto ofrece un trabajo preciso y natural. Sin embargo, la película se centra principalmente en la figura de Ruby, y su actuación, por su intensidad y vulnerabilidad, es el corazón de la experiencia cinematográfica. Aunque algunos puedan encontrar la película lenta o pausada, esta es precisamente la clave para su éxito. Permite al espectador sumergirse en el personaje de Ruby y reflexionar sobre las complejidades de su decisión.

Nota: 7/10