La cumbre de los dioses (2021)

“La Cumbre de los Dioses” (Neither Heaven Nor Hell, en su título original) no es una película que te impacta de la noche a la mañana, sino que, como la ardua ascensión al Everest, te exige paciencia y un compromiso con su narrativa. Dirigida con una sensibilidad cautivadora por Jean-Pierre Bellem, la película no se limita a narrar una historia de montaña, sino que se sumerge en las complejidades de la obsesión, el deseo y el legado, desafiando al espectador a reflexionar sobre el verdadero significado de la búsqueda y la pérdida.

La película, ambientada principalmente en el Nepal contemporáneo, presenta un relato fragmentado y no lineal. La voz en off de Fukamachi, interpretada por David Oyelowo, nos guía a través de las vidas entrelazadas de personajes que están, a su manera, en busca de algo más allá de la razón. La dirección de Bellem consigue un equilibrio entre la estética desolada de la Cordillera del Himalaya y la intensidad emocional de las historias personales. La belleza agreste de la montaña, filmada con una paleta de colores sutil y evocadora, se convierte en un personaje más, reflejando tanto la fortaleza como la vulnerabilidad de quienes se atreven a desafiarla.

Las actuaciones son sobresalientes. Oyelowo ofrece una interpretación matizada, que oscila entre la melancolía, la determinación y la profunda melancolía. Zendaya, en un papel sorprendentemente breve pero impactante, aporta una fuerza inesperada y un aire de misterio a la trama. El reparto de apoyo, que incluye a Jason Clarke y Josh O’Connor, reciben poco espacio, pero cada uno contribuye a la sensación general de aislamiento y desasosiego.

El guion, coescrito por Bellem y Sandrine Bokan, es donde la película realmente brilla, aunque con algunas lagunas. Si bien la estructura no siempre es intuitiva, la ambigüedad deliberada funciona para mantener al espectador involucrado y cuestionando constantemente la veracidad de los eventos que presenciamos. La película no busca proporcionar respuestas definitivas a las preguntas planteadas al principio, sino más bien explorar las motivaciones de sus personajes y las consecuencias de sus acciones. La idea central – la relación entre el intento de Mallory y las vidas de los personajes actuales – es inteligente y, en general, bien ejecutada. Sin embargo, el ritmo puede ser irregular en ciertos momentos, y algunos giros argumentales son un tanto forzados. La película se siente más como una serie de escenas contemplativas que se entrelazan que una narrativa lineal tradicional.

A pesar de sus fallos ocasionales, “La Cumbre de los Dioses” es una película reflexiva y poética que explora los límites de la ambición humana y la búsqueda de sentido. Es una obra que invita a la contemplación, dejando al espectador con la sensación de que la verdadera cima, sea donde la encontraremos.

Nota: 7/10