La desnuda chica del relax (1981)

“La Desnuda Chica del Relax” (1998), de Pedro Almodóvar, es una película que, a pesar de su título sugestivo y su previsible narrativa, logra ser una de sus obras más perturbadoras y, paradójicamente, poéticas. No se trata de un thriller criminal en el sentido tradicional, sino de una exploración visceral del amor, la violencia, la redención y la autodestrucción, todo envuelto en una estética visualmente exuberante y una banda sonora inolvidable.

Almodóvar, en su máxima expresión, construye una atmósfera de constante tensión y desasosiego. El director juega con la sexualidad, la muerte y la represión, elementos que se entremezclan en una trama aparentemente caótica pero, en realidad, meticulosamente orquestada. La película no rehúye del gore, sí, pero lo usa no para el impacto gratuito, sino como una herramienta para profundizar en las consecuencias de la violencia y la pérdida de la inocencia. La violencia, a menudo grotesca, no es el objetivo; es el efecto devastador de las acciones de los personajes lo que realmente importa.

La dirección de Almodóvar es impecable. Cada plano está cuidadosamente compuesto, cada detalle, desde la iluminación hasta la puesta en escena, contribuye a la intensidad emocional de la película. La fotografía de José Luis Garci Díaz es especialmente destacable, utilizando colores vibrantes y contrastantes para subrayar el estado mental de los personajes. La banda sonora, compuesta por Alberto Iglesias, es absolutamente esencial. La música no solo acompaña la acción, sino que la define, creando un sonido propio y persistente que resuena en la memoria del espectador incluso después de que la película haya terminado.

Las actuaciones son sobresalientes. Julián Turgeon, como Carlos, ofrece una interpretación compleja y conmovedora. Su transformación, de criminal despiadado a hombre atormentado por su pasado, es convincente y profundamente humana. Penélope Cruz, en su debut cinematográfico, es simplemente brillante. Su interpretación como la desnuda chica del relax es delicada, poderosa y llena de matices. También merecen reconocimiento los papeles de Antonio Banderas y Jordi Mollá, quienes aportan profundidad y credibilidad al elenco. La química entre los actores es palpable y fundamental para el éxito de la película.

Sin embargo, la película no está exenta de críticas. Algunos podrían encontrar la trama excesivamente indulgente con sus personajes, o su ritmo pausado, lento en ocasiones. El melodrama, a pesar de que está muy bien ejecutado, puede resultar a veces un poco empalagoso. No obstante, estas pequeñas fallas no empañan el valor artístico y la ambición de la película. “La Desnuda Chica del Relax” es una obra provocadora, visualmente impactante y emocionalmente resonante, que invita a la reflexión sobre la naturaleza humana, el perdón y la posibilidad de escapar del pasado. Es una película que perdura en la memoria por su intensidad y su originalidad.

Nota: 8.5/10