La entrega (2014)

“La Entrega” (The Delivery) no es una película que va a cambiar tu percepción del cine independiente o a rivalizar con los grandes blockbusters. Sin embargo, es un pequeño tesoro de suspense tenso y actuaciones convincentes que se mantiene bajo la superficie, ofreciendo una experiencia cinematográfica satisfactoria y con un ritmo que te atrapa desde el principio. La película, dirigida con oficio por Justin Lee Collins, logra generar una atmósfera de inquietud constante, utilizando la luz y la sombra, la música y los espacios claustrofóbicos para intensificar la sensación de peligro inminente.

La trama, aparentemente sencilla –la de un camarero que se ve envuelto en una red de criminales– se desarrolla con una elegancia sorprendente. No se centra en elaboradas vueltas argumentales ni en personajes excesivamente complejos. Lo que sí logra es construir una tensión palpable, alimentada por la incertidumbre sobre la verdadera naturaleza de los personajes y el alcance de la conspiración. La historia se beneficia de la sencillez de sus intenciones: el foco está en el personaje principal, Jack (Josh Feldman), y en su lucha por mantener la calma y la supervivencia en un mundo que se desmorona a su alrededor. El guion, escrito por Collins, se centra en la atmósfera y el desarrollo del personaje, dejando que el espectador se haga su propia idea sobre los motivos y las intenciones de los demás.

Josh Feldman ofrece una actuación sobresaliente como Jack, transmitiendo con eficacia la vulnerabilidad, el miedo y la determinación del protagonista. Su interpretación es sutil pero potente, evitando caer en la melodrama y mostrando la angustia interna de un hombre atrapado en una situación peligrosa. El resto del reparto, incluyendo a Michael Del Peixe como el perturbado dueño del perro, contribuye a la credibilidad de la historia, aunque algunos personajes se quedan un poco planos y carecen del desarrollo que podrían haber tenido. El actor que interpreta al jefe de la organización criminal, Bernard, es particularmente efectivo, mostrando un control y una amenaza latente que resultan inquietantes.

La dirección de Collins es notable, especialmente en la forma en que utiliza la iluminación y el sonido para crear una sensación de claustrofobia y paranoia. Las escenas nocturnas en el bar, con el juego de luces y sombras, son especialmente memorables. La banda sonora, minimalista pero efectiva, acentúa la tensión y contribuye a la atmósfera general. Sin embargo, la película no está exenta de algunas fallas. El ritmo, en ciertos momentos, puede sentirse un poco lento y algunos diálogos podrían ser más elaborados. No obstante, estos pequeños defectos no impiden que la película sea una experiencia visual y sonora gratificante.

En definitiva, “La Entrega” es una película de suspense bien hecha, que cumple con su cometido y ofrece un entretenimiento sólido. No es una obra maestra, pero sí una producción que se disfruta y que deja una impresión duradera. Se trata de una película que se disfruta más en compañía, propiciando conversaciones post-espectáculo.

Nota: 7/10