La estación de la felicidad (2020)

“La estación de la felicidad” es una película que, a pesar de su premisa intrigante, no logra alcanzar el impacto emocional que promete. Dirigida por Susanna Bier, la película se centra en la tensa relación entre una familia liberal y una pareja con una novia conservadora, y en la estrategia elaborada por la novia para ocultar su identidad sexual ante los padres de su pareja, quienes aún desconocen su orientación. La historia se despliega con cautela, casi con una deliberada lentitud que, aunque busca generar suspense, termina por ser un obstáculo para la inmersión del espectador.

El guion, aunque presenta un dilema social interesante y relevante, carece de la chispa necesaria para transformar la situación en una narrativa verdaderamente apasionante. Se enfoca demasiado en el juego de engaños y en las miradas cómplices, dejando de lado el desarrollo de los personajes y las profundas consecuencias emocionales de la situación. La trama, en algunos momentos, se siente un poco artificiosa, como si se construyera sobre un marco preestablecido en lugar de emerger orgánicamente de la interacción entre los personajes. Los diálogos, aunque bien escritos en su conjunto, a menudo son funcionales más que reveladores, sirviendo principalmente para avanzar la historia en lugar de exponer las verdades internas de los personajes.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Louise Kessler, como la novia, Julia, ofrece una interpretación convincente, transmitiendo la tensión interna y la determinación de proteger su identidad. Su interpretación es sutil, pero efectiva, mostrando las contradicciones que surgen de intentar mantener un doble juego durante tanto tiempo. El actor que interpreta a los padres de Julia, Klaus Ziegler, entrega una representación realista de hombres de su edad, con sus prejuicios y su apego a las tradiciones. Sin embargo, el resto del elenco no logra destacar con la misma intensidad, y algunas actuaciones se sienten un tanto planas, lo que disminuye el impacto general de la película.

Visualmente, "La estación de la felicidad" es agradable, aunque sin pretensiones. La fotografía es sobria y natural, evitando los excesos de estilo y centrándose en los rostros de los personajes. La dirección artística, igualmente, cumple su cometido sin añadir valor adicional a la historia. No obstante, la película sufre de un ritmo irregular. Algunas escenas se sienten demasiado prolongadas, mientras que otras se desaprovechan por completo, generando una sensación de incompletud. El final, en particular, deja una sensación agridulce, pero no ofrece las respuestas emocionales que el espectador anhela después de una larga espera.

En definitiva, “La estación de la felicidad” es una película que plantea un tema importante pero que no logra desarrollarlo de manera completa y satisfactoria. Su premisa, su ritmo pausado y las actuaciones decentes no son suficientes para compensar la falta de profundidad narrativa y el desequilibrio en el desarrollo de los personajes. Es un esfuerzo honesto, pero que podría haber sido mucho más memorable.

Nota: 6/10