La familia Addams (1991)

“La familia Addams” es, en su esencia, una oda a lo feo, lo macabro y lo peculiar, un ejercicio de subversión y humor negro que, para ser honesto, no es perfecta, pero que consigue un encanto innegable. Tim Burton, como director habitual, traza un universo visualmente rico y distintivo, un mundo donde la opulencia victoriana se mezcla con elementos grotescos y coloridos, creando una estética que inmediatamente recuerda a sus trabajos más emblemáticos. El diseño de producción es, sin duda, el punto fuerte de la película, con escenarios que parecen sacados de un cuento de hadas distópico, repletos de detalles que hablan del carácter excéntrico y anacrónico de la familia.

La película se centra en la amenaza que representa la familia Thingbottom, un matrimonio codicioso que, con la ayuda de un abogado de dudosa reputación, busca quedarse con la fortuna de los Addams. La trama, en principio, parece sencilla, pero Burton y los guionistas juegan con el suspense y el humor negro, dándole a la historia un ritmo sorprendente. A veces, el guion se siente un poco apresurado, con algunos giros argumentales que no se sienten completamente desarrollados, pero en general, la película consigue mantener el interés del espectador, incluso si el desarrollo de los personajes secundarios carece de la profundidad que se podría haber esperado. La narrativa se centra, obviamente, en la dinámica familiar, y Burton explora con maestría las complejidades de una familia que, aunque radicalmente diferente, se caracteriza por el amor incondicional, la aceptación y el apoyo mutuo, valores que contrastan fuertemente con la avaricia y la ambición de sus enemigos.

Las actuaciones son, en su mayoría, sobresalientes. Ana de Armas, en el papel de Consuela Addams, ofrece una interpretación particularmente brillante. Logra transmitir la inteligencia, la vulnerabilidad y el sarcasmo de su personaje, mostrando que la belleza de Consuela reside en su diferencia y en su capacidad para enfrentarse a la adversidad con una actitud desafiante. Ejecutorios como Jenna Ortega como Wednesday Addams, un personaje que se siente en casa con la oscuridad, o la comedia de Edgar Ramírez como el abogado, que no duda en recurrir a métodos poco ortodoxos para conseguir su objetivo, complementan a la perfección la visión de Burton. El reparto completo está bien ensamblado, aportando una vibra especial a la película.

Sin embargo, la película no es exenta de defectos. El humor, a veces, es un poco forzado, y la película podría haber beneficiado de un mayor desarrollo de algunos de sus personajes secundarios. A pesar de ello, “La familia Addams” es una producción entretenida y visualmente impactante, que celebra la individualidad y la disidencia, ofreciendo una visión refrescante de la familia y la amistad. Es una película que, en definitiva, se disfruta más en la compañía de otros, comentándola y compartiendo las reacciones ante sus momentos más extravagantes. Es un espectáculo para los sentidos y una invitación a abrazar lo diferente.

Nota: 7.5/10