La familia no se escoge (2011)

“La familia no se escoge” es una película que, a pesar de su premisa profundamente conmovedora y su intención noble, se siente a veces como una pieza de entretenimiento un tanto deslucida. La película aborda un tema crucial y relevante: las barreras legales y sociales que enfrentan las parejas del mismo sexo para formar familias. Sin embargo, la ejecución, aunque entretenida, no alcanza el nivel de profundidad que podría haber tenido, resultando en una experiencia cinematográfica agradable pero, en última instancia, superficial.

La dirección de Brad Spicer se mantiene funcional, sin grandes virtudes sobresalientes ni defectos notables. Se centra en mantener el ritmo del relato, presentándonos a los personajes y su situación inicial de forma clara. El uso de la cámara, en su mayoría plano secuencia, contribuye a la sensación de urgencia y a mostrar la vida cotidiana de los personajes, aunque a veces se siente un poco impersonal, sin un estilo distintivo que realmente marque la película. La película se beneficia de una buena fotografía que evoca un ambiente familiar, pero carece de una dirección visual impactante que la diferencie de otros dramas familiares.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Michael Keaton da un retrato convincente de Alex, un hombre determinado y con un fuerte sentido de la responsabilidad, aunque a veces su interpretación podría percibirse como un poco estereotipada. Patricia Arquette, como Kim, ofrece una actuación igualmente adecuada, transmitiendo con honestidad la frustración y la desesperación de una mujer que sueña con formar una familia. Sin embargo, la verdadera joya de la película es Josh Gad como César, el hermano de Alex. Gad ofrece una actuación que se eleva por encima del resto del reparto. Su interpretación, llena de matices y humor negro, es el corazón de la película y le otorga una humanidad innegable al personaje, permitiendo al espectador empatizar con su situación y sus motivaciones. La química entre Gad y Arquette es palpable y fundamental para el éxito emocional de la historia.

El guion presenta un conflicto central convincente y bien planteado, aunque a veces se siente un poco forzado y predicho. La premisa de recurrir a un familiar para aparentar un matrimonio perfecto es una solución audaz, pero el desarrollo de la trama podría haber explorado con mayor profundidad las consecuencias morales y psicológicas de las decisiones de los personajes. Hay momentos que se sienten simplificados y carentes de la complejidad que se esperaría de un drama familiar de este tipo. Se echa en falta un desarrollo más profundo de la relación entre Kim y Alex, y de la dinámica familiar en la que se involucra el "esposo" improvisado. El final, aunque agridulce, es algo apresurado y podría haber sido más elaborado.

En definitiva, “La familia no se escoge” es una película recomendable para aquellos que se interesen por temas sociales y familiares, pero que no exija una alta calidad cinematográfica. Es un relato que invita a la reflexión, aunque no a la epifanía.

Nota: 6/10