La Fortaleza (2021)

“La Fortaleza” no es precisamente una joya del cine de acción, pero sí un ejercicio curioso y, a su manera, satisfactorio para el espectador que busca algo diferente a la fórmula habitual. La película, dirigida por Scott Reynolds, se centra en un thriller de espías que, en lugar de centrarse en la sofisticación tecnológica y el espionaje internacional, opta por una premisa más cercana al thriller doméstico y, en cierto modo, perturbador. La idea de un complejo de alto secreto para oficiales retirados, que se convierte en un campo de batalla para una banda de criminales buscando venganza, es un punto de partida intrigante que, aunque no siempre se explora al máximo de su potencial, genera tensión y momentos de genuina emoción.

La dirección de Reynolds se distingue por su cuidado en la ambientación y la puesta en escena. El complejo, con su arquitectura imponente y sus pasillos laberínticos, se siente como un personaje en sí mismo, contribuyendo a la atmósfera claustrofóbica y de constante amenaza que impregna la película. El uso de la luz y la sombra, combinado con una fotografía cuidada, enfatiza la sensación de peligro inminente y la fragilidad de los personajes. No obstante, la dirección podría haberse beneficiado de un ritmo más definido, ya que la película a veces se arrastra sin llegar a generar un ritmo trepidante que la justifique. A pesar de esto, la tensión se mantiene constantemente, gracias a la música y la edición.

El elenco ofrece interpretaciones sólidas, lideradas por un Robert Carlyle como el oficial retirado, que transmite una mezcla de cansancio, experiencia y determinación. Su relación con su hijo, interpretado por un joven Tom Cullen, es el corazón emocional de la película y aporta una dimensión humana a la trama. Sin embargo, el resto del reparto, compuesto por criminales con motivaciones a menudo poco claras y personajes secundarios, no alcanza siempre el mismo nivel de profundidad. Las actuaciones, en general, cumplen su cometido, pero carecen de la intensidad que podrían haber aportado para elevar la calidad de la película.

El guion, la mayor debilidad de la película, se basa en una premisa interesante pero se ve afectado por un desarrollo poco inspirado. Las motivaciones de los criminales se presentan de forma confusa y a veces poco creíble, y la trama principal carece de un giro sorprendente que la impulsara hacia un final más memorable. Se intentan explorar las consecuencias de una vida dedicada al servicio de inteligencia y el impacto de los traumas, pero el resultado es superficial. El guion podría haber sido más audaz y arriesgado, explorando con mayor profundidad las implicaciones éticas y psicológicas de la trama, en lugar de adherirse a un esquema predecible. Aunque se intenta crear un thriller psicológico, la película se queda atrapada en los clichés del género de acción. En última instancia, la película ofrece algunos momentos buenos, pero su ambición no se ve reflejada en su ejecución.

Nota: 6/10