“La fuerza de la naturaleza”, la nueva propuesta del director Matthew Vaughn, no es un simple thriller de atraco; es un torbellino de adrenalina y personajes imperfectos que, a pesar de sus fallas, resulta ser una experiencia cinematográfica sorprendentemente cautivadora. Vaughn, conocido por su estilo visualmente impactante y su audaz toma de riesgos, vuelve a demostrar su maestría en la construcción de escenas de acción memorables, pero esta vez con un componente dramático y psicológico que le da una profundidad inesperada.
La película se centra en un grupo de criminales liderados por el carismático y desquiciado Boyd Crowder (Jon Bernthal), un ladrón de cómplices tan brillantes como impredecibles. El plan para robar un banco durante una tormenta huracaniana parece sencillo, pero la llegada de un oficial de policía en el filo de la navaja, el detective Raylan (Michael Shannon), complica todo. La tensión se instala desde el principio y Vaughn la explota al máximo, utilizando la fuerza imparable de la naturaleza como telón de fondo, creando una atmósfera claustrofóbica e inevitable. Las secuencias de persecución son magistrales, coreografiadas con una precisión que recuerda a las mejores películas de acción de los 80, pero siempre con un toque visceral y brutal que Vaughn parece disfrutar especialmente.
Lo que eleva la película más allá de las explosiones y los tiroteos, es el desarrollo de los personajes. Bernthal ofrece una actuación inolvidable, canalizando un antihéroe complejo y fascinante, a la vez que Shannon logra transmitir la desesperación y el peso del pasado de su personaje. Los secundarios, como Penelope Cruz y Walton Goggins, también destacan, aportando matices a los diferentes miembros del equipo y a los antagonistas, creando una galería de personajes con motivaciones comprensibles, aunque no necesariamente justificables. La dirección artística es impecable, con un uso magistral de la luz y la sombra, que acentúa el drama y la sensación de peligro inminente.
Sin embargo, la película no está exenta de defectos. A veces el ritmo se siente algo irregular, con momentos de acción frenética seguidos de escenas de diálogo que pueden resultar un poco artificiosos. El guion, si bien es sólido y lleno de diálogos mordaces, recurre a algunos clichés del género y podría haberse beneficiado de un mayor desarrollo de la trama secundaria. No obstante, estas pequeñas fallas son fácilmente perdonables frente a la intensidad general de la película y la puesta en escena. Vaughn no se limita a contar una historia; la construye, la diseña y la bombardea al espectador con un espectáculo visual y auditivo que exige total atención.
En definitiva, “La fuerza de la naturaleza” es una película visceral, entretenida y visualmente deslumbrante que confirma a Matthew Vaughn como uno de los directores más audaces y creativos de Hollywood. No es un clásico instantáneo, pero su impacto es innegable y su banda sonora, combinada con la acción implacable, la convertirán en una de las películas de atraco más memorables de los últimos años.
Nota: 7.5/10